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sábado, 18 de noviembre de 2023

La DOP Gamonéu celebra su 20 aniversario y los científicos del IPLA trabajan en el desarrollo de un fermento autóctono para este queso

Un momento del acto conmemorativo del 20 aniversario de la DOP Gamonéu. FOTO: J. G. CASO

El Consejo Regulador homenajeó a los impulsores y a quienes han formado parte de esta Denominación de Origen Protegida



POR JAVIER G. CASO:

 20 años ya. La Denominación de Origen Protegida (DOP) Gamonéu conmemoró este viernes sus dos primeras décadas de existencia. Lo hizo en un acto celebrado en el Parador de Turismo de San Pedro de Villanueva, en Cangas de Onís. Allí estuvieron muchos de los 22 queseros que conforman el censo de elaboradores de esta joya gastronómica, 18 del valle y 4 de la variedad del puertu.


La conmemoración tuvo dos partes bien definidas y muy distintas. La primera de éllas estuvo referida al futuro del queso gamonéu y pasa por el trabajo que ya han iniciado un grupo de científicos del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Como ya hicieron para otras dos variedades queseras asturianas con DOP, el Cabrales y el Afuega el Pitu, de aquí a 2025 y con la inestimable colaboración de los propios queseros, estos investigadores van a desarrollar un fermento autóctono para el queso gamonéu. Los trabajos de campo ya han comenzado aislándose, por el momento, más de 300 bacterias. Ese fermento autóctono está llamado a reforzar el carácter y la personalidad del queso gamonéu.


Tras la presentación de este proyecto científico que contará con financiación europea, del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y del propio Principado de Asturias, las emociones se adueñaron del acto del 20 aniversario de la DOP Gamonéu. Desde su actual Consejo Regulador se reconoció la labor de las personas que impulsaron y la hicieron posible. Hubo diplomas y distinciones para Margarita González Ardisana, funcionaria jubilada del Principado de Asturias, el veterinario Gerardo Niembro, la que fuera directora general de Desarrollo Rural y Agroalimentación del principado de Asturias, Tomasa Arce, y Alberto Valle Villaverde, en su día concejal de Agricultura del Ayuntamiento de Cangas de Onís y regidor de pastos de la Montaña de Covadonga. La verdad es que fue un reconocimiento muy merecido para todos ellos ya que no fue el poco el trabajo que desarrollaron hasta conseguir que en 2003 se aprobase el primer reglamento de la DOP y naciera su Consejo Regulador Provisional. Arrancó con 9 queseros del valle a los que se unieron en 2007 los 5 elaboradores que entonces hacían queso en el puertu. Por aquel entonces la producción anual estaba en torno a unos 60.000 kilos, que con el paso de los años se han convertido en los más de 144.000 kilos producidos en 2022. También se reconoció la labor desempeñada por Pepi, la administrativa que se encarga de la oficina de esta Denominación de Origen Protegida. El homenaje también se hizo extensivo a todos y todas los que han estado vinculados a la DOP Gamonéu a lo largo de estas dos décadas.


La DOP Gamonéu está plenamente consolidada y la producción de queso gamonéu está llamada a jugar un papel importante en la economía local de los concejos de Onís y de Cangas de Onís en los que se elabora esta variedad quesera. Sin embargo los queseros volvieron a dejar patente una de sus grandes necesidades: disponer de una nueva cueva de maduración colectiva, ya que Cueva Oscura se les ha quedado pequeña. En estos momentos se han iniciado estudios a fin de constatar qué condiciones ofrece la cueva de la Cañada para madurar queso gamonéu. Si son buenas, aún restará darle un buen acceso y acometer obras de acondicionamiento. Ojalá se acometan lo antes posible porque esa nueva cueva sería todo un espaldarazo para los elaboradores.

 

Ibarrola, el artista que inundó de color y de memoria la escollera del puerto de Llanes

El escultor y pintor Agustín Ibarrola, ante la última fase de Los Cubos de la Memoria. FOTO: J. G. CASO


POR JAVIER G. CASO: 


Desde primera hora de la mañana de ayer, tanto la radio como la televisión y la prensa digital daban cuenta del fallecimiento del artista vasco Agustín Ibarrola ( Bilbao, 1930). Más allá de su trayectoria artística, el pintor y escultor también destacó como opositor al régimen franquista, que lo llegó a encarcelar en más de una ocasión. Ibarrola fue de los vascos que se enfrentó a la violencia terrorista etarra y estuvo entre los fundadores de colectivos como la plataforma “Basta ya” y el Foro de Ermua.


En Asturias Ibarrola dejó para la posteridad una obra como “Los cubos de la memoria”, con la que inundó de color los bloques de hormigón que protegen el puerto pesquero de Llanes. Hablamos de una intervención artística que es memoria del arte, del territorio y del propio artista. “Esta obra es importante para mí y muy superior a anteriores trabajos míos”, me comentó Ibarrola con motivo del reportaje publicado en el Dominical de El Periódico publicado el 14 de enero de 2007 coincidiendo con el final de Los Cubos de la Memoria. El artista había presentado esta obra en 2001. Desde las páginas de La Voz de Asturias me tocó informar y dar cuenta de toda su ejecución.


Era Agustín Ibarrola una persona tranquila, que transmitía paz y que, desde luego, disfrutó de su trabajo en Llanes, siempre acompañado de su mujer, Mari Luz Bellido, fallecida en diciembre de 2021. Hasta pintar los 230 bloques de hormigón que componen su obra , Los Cubos de la Memoria le llevaron, acompañdo por un equipo de colaboradores, varios años de trabajo. En en el momento en el que aceptó la propuesta que le hizo el Ayuntamiento de Llanes y en la carta en la que agradecía el encargo, el propio artista los definió como “un mural inmenso que será al mismo tiempo una gigantesca escultura policromada de infinitos escorzos”. Los Cubos se convirteron en todo un reclamo turístico para Llanes, por más que en la actualidad, y desde hace tiempo, pida gritos una intervención a fin de restaurarlos y que puedan, por fin, recuperr todo el colorido que en su día aportó Ibarrola a lo que hasta su intervención no era más que una simple escollera y que él convirtió en una obra artística de primer nivel.



 

sábado, 11 de noviembre de 2023

En recuerdo de Tino

Celestino Rodríguez, "Tino", a la puerta de su nave de Veguellina.
 FOTO: ANA G. CARRETERO


Para nosotros era Tino, el de Veguellina. Sin embargo Celestino Rodríguez Álvarez había nacido en Candemuela, una aldea del municipio de San Emiliano, en la comarca leonesa de Babia, por más que desde hace años hubiera cambiado la montaña por la ribera del Órbigo. Este viernes, una conocida común, nos llamó por teléfono para darnos cuenta de su fallecimiento, una noticia que hemos recibido con gran pesar porque en casa lo apreciábamos mucho. Tino, que tenía 78 años, murió el jueves de forma repentina a cuenta de un infarto.

Tenía una nave ganadera a las afueras de Veguellina de Órbigo, al pie de la carretera que lleva a Villarejo. Lo conocíamos desde hace años de ir por allí a comprarle huevos. Desde su jubilación Tino se pasaba todo el día allí atendiendo sus gallinas y sus conejos. Dejó de tenerlos hace más de un año porque no le compensaba. Estaba pensando hacer lo mismo con las gallinas. La última vez que nos vimos me contaba que el pienso se había puesto por las nubes y que, por más que vendiera alguna docena de huevos de vez en cuando, tampoco le salía muy a cuenta. ¡No disfrutaron poco mis hijos Ana y Andrés con aquellas visitas a la nave de Tino! Si íbamos y había alguna coneja recién parida, les enseñaba las crías. Y si los conejinos estaban algo crecidos y ya se podían coger, siempre les sacaba alguno de la conejera para que lo acariciasen. Incluso les regaló alguno. A ellos y a su prima Carmen. Tino había sido pastor de merinas allá por los puertos de La Cueta de Babia donde siempre había tenido perros mastines para proteger su rebaño. Desde que se instaló en Veguellina, durante muchos años, siguió teniendo algún ejemplar de esta raza, unos perros con los que mis hijos pasaron unos momentos únicos. Tino les enseñó a “halagarlos”, una expresión suya que daba cuenta de cómo había que acariciar a un mastín.

Desde que voy por Veguellina de Órbigo, hace ya más de veinte años, fueron innumerables las veces que pasé por la nave, una visita que siempre se alargaba. Si algo le gustaba a Tino era charlar con quien llegase por allí. Si querías llevarte alguna docena de huevos, sentarse a charlar con él un buen rato era algo obligado. Hablábamos de cualquier cosa. Me contó muchas anécdotas ligadas a sus años de pastor, también algún que otro chisme. En Veguellina se había reconvertido en campesino y Tino atendía con mimo un huerto que tenía al pie de la nave. Fruto de nuestra amistad, cuando llegaba la cosecha, nos regalaba tomates y pimientos. En ese rato que echabas con él siempre aprendías algo, como cuando llegamos y estaba preparando purín de ortigas, del que nos explicó sus grandes propiedades como abono, fungicida e insecticida ecológico. Este verano, en otra visita anterior y después de contarle que había empezado a caminar para bajar el azúcar, me preparó varios palos para que los usase en mis paseos o si iba de excursión. Así lo haré, amigo Tino. ¡Descansa en paz!





 

martes, 13 de junio de 2023

Los Lagos de Marino Lejarreta

Marino Lejarreta, a su llegada a la meta de Entrelagos. FOTO LVA

 Los Lagos de Marino Lejarreta

 El pasado 2 de mayo se cumplieron 40 años del histórico triunfo del ciclista vasco en aquella primera etapa de la Vuelta Ciclista a España con final en Los Lagos de Covadonga


Por Javier G. Caso:


 Arrancaba animado 1983 por Cangas de Onís. El pleno municipal del consistorio cangués declaraba persona non grata al escritor Camilo José Cela por unas supuestas declaraciones suyas insultando a la Virgen de Covadonga, la Santina. Así lo contaba La Voz de Asturias en su edición del 6 de enero de aquel año. Ese mismo periódico informaba de que, también en enero, y en Gijón, se vivía una huelga general contra el desmantelamiento industrial. Ya en febrero, nuestra región volvía a llamarse de forma oficial provincia de Asturias.

Pues bien, ese año, en primavera, en concreto el lunes del 2 de mayo, el concejo de Cangas de Onís vivió un acontecimiento histórico a tenor de su repercusión posterior. La Vuelta Ciclista a España llegaba ese día, por primera vez, a Los Lagos de Covadonga, una cima que se acabó convirtiendo en uno de los puertos más míticos del ciclismo mundial y que a día de hoy suma ya 21 finales de etapa de la Ronda Española. Pero vamos a hablar de aquella primera etapa de la que este año se cumplieron cuatro décadas y en la que se impuso Marino Lejarreta, el Junco de Bérriz. La de 1983 fue la edición número 38 de la Vuelta Ciclista a España, “una de las más bellas y espectaculares”, según se puede leer en la página web de Unipublic, la empresa que organiza esta prueba ciclista desde hace ya muchos años. Fue, además, la primera vez en su historia que Televisión Española (TVE) la retransmitía en directo. Por ese motivo, por todo lo que supusieron aquellas retransmisiones televisivas de sus etapas, es por lo que se considera que 1983 fue el año del relanzamiento de la Vuelta Ciclista a España.

En aquella edición, además, el ganador fue el corredor francés Bernard Hinault, el Caimán, toda una leyenda del ciclismo y que ya había ganado la ronda española en 1978. Un Hinault, a quien el desgaste de la Ronda española le impidió disputar en julio el Tour de Francia de 1983, que llegó a ganar en cinco ocasiones. El ciclista galo lideraba un equipo potentísimo: el Renault- Elf, del que también formaba parte Laurent Fignon. Completaron el podio de aquella Vuelta, Marino Lejarreta, entonces en las filas del equipo italiano Alfa- Lum Olmo y que fue el segundo clasificado. La tercera plaza la ocupó el fallecido Alberto Fernández, del equipo Zor. Participaron en aquella Vuelta 100 corredores de una decena de equipos, entre ellos algunos inolvidables como el Kelme, el Renault, el Reynolds, el Teka, el Hueso, Zor, Alfa- Lum…A diferencia de ahora, que se disputa en septiembre, por aquellos años la Vuelta a España se celebraba en primavera y la edición de 1983 se desarrolló entre el 19 de abril y el 8 de mayo. La que acabó en Los Lagos fue la etapa número 13, con salida desde la localidad palentina de Aguilar de Campóo. Cada año la Vuelta a España siempre tiene su propia sintonía o tema oficial. Pues bien la de 1983 fue un tema que lo petó y que se coronó a lo más alto de la lista de Los 40 principales, además de permanecer durante 21 semanas como el single más vendido en España: “No tengo tiempo”, del dúo tecno Azul y Negro.

¿Y qué decir de aquella etapa? Seguro que cada cangués guardará muchos recuerdos de aquel día. En mi caso me tocó seguirla por la tele, unas imágenes que quise volver a ver hace poco y que están disponibles en Youtube. Desde Aguilar de Campóo y tras pasar por el control de firmas, tomaron la salida 86 corredores, si bien a los Lagos llegarían dos menos. A la salida, tal y como nos recuerdan las imágenes de TVE y los comentarios de Emilio López Tamargo, viento, frío y nieve, unas condiciones realmente duras para una etapa de 188 kilómetros con dos puertos de tercera categoría, uno de ellos el Pontón, y final en Los Lagos. Mucho se bromeó aquel día con lo de Los Lagos de Enol, que el locutor de TVE Antolín García, rebautizó por adelantado como los Lagos de Hinault dando por hecha la victoria del corredor galo. Pero aquel chiste facilón no se cumplió y aquel día este paraje del Parque Nacional, por entonces de la Montaña de Covadonga, se acab´p convirtiendo en Los Lagos de Marino Lejarreta. La etapa discurrió por tierras palentinas y leonesas. Antes de llegar a Asturias, poco antes de Riañu, cuyo pueblo original aún seguía en pie antes de acabar bajo las aguas del pantano, saltaron y se escaparon dos de los grandes protagonistas de aquella etapa: Carlos Machín y Ruddy Pevenage.

 Los dos ciclistas llegaron a tener más de 8 minutos de ventaja sobre el pelotón. Bajaron el Pontón y Los Beyos a velocidad de vértigo. Cuando estaban entrando en Cangas, dejamos la tele y nos echamos a la calle para verlos pasar por delante de casa en la carretera Cañu. A la altura de La Riera todavía llevaban 7 minutos y medio de distancia al resto de los corredores. Machín y Pevenage iniciaron en solitario la subida a Los Lagos, que todavía arrancaba de aquella curva tan cerrada que había al pie de la Santa Cueva de Covadonga. Durante la ascensión Machín llegó a descolgar a Pevenage y tiró en solitario, pero por detrás Marino Lejarreta empezaba a dar su particular batalla. Se escapó de quienes lo acompañan en el grupo perseguidor, en el que también iba Hinault, y se fue a por los dos escapados. Primero superó a Pevenage, ya pasado el Mirador de la Reina. Como muestran las imágenes de la tele, a la altura de la majada de Gumartini, el ciclista vasco rebasó a Machín, cogió la cabeza de la carrera y entró vencedor en una meta instalada en Entrelagos, donde aún existía el motel que fue derruido años después. El gran Marino Lejarreta, al que este año se le rindió un cariñoso homenaje en Cangas de Onís para recordar aquel triunfo, ganó la etapa con un tiempo de 5 horas, 45 minutos y 17 segundos, el que empleó para cubrir los 188 kilómetros que tenía la etapa.

En 2013, coincidiendo con el 30 aniversario de aquella inolvidable etapa, tuvo lugar en la Casa de Cultura de Cangas de Onís una mesa redonda y allí se evocaron algunas anécdotas y recuerdos. El que fuera por aquellos años director técnico de la Vuelta Ciclista a España, Ramón Mendiburu, confesó que si el mal tiempo hubiera frustrado el final de etapa en Los Lagos, algo que llegaron a temer de verdad a la vista de cómo había arrancado el día, la meta se hubiera situado en Covandonga. Es más, detalló que incluso se había reservado un lote de vallas que se dejaron en el Real Sitio por si acaso. El resto de las vallas, tal y como recordó Antonín Alonso, uno de los integrantes de la comisión local que participó en la organización de la etapa, tuvieron que ser transportadas hasta Los Lagos en los camiones de dos repartidores de leche de Cangas de Onís porque los vehículos de transporte de la Vuelta Ciclista a España, dado su gran tamaño, no podían subir hasta Los Lagos, cuya carretera era, por aquel entonces, mucho más estrecha. Al final, y como muestran las imágenes de TVE, el sol acompañó a los ciclistas en su ascensión a Los Lagos y no fue necesario recurrir al plan B, pero el Santuario de Covadonga pudo ser el final de aquella etapa.

Pero que la Vuelta Ciclista a España acabase en Los Lagos no fue ni mucho menos algo casual. Sus antecedentes se remontan casi veinte años atrás. Fue en 1964, tal y como detalló en aquella mesa redonda Antonín Alonso, cuando se funda el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de Cangas de Onís. Tras desplazarse a Francia para vivir las etapas pirenáicas del Tour, entre ellas, la del famoso Tourmalet, un viaje exploratorio en el que participaron Ramón y Luis Prada, así como mi tío Elías González Caveda, Elías el de la Barata, al año siguiente se celebra la primera escalada ciclista a Enol, una prueba para corredores aficionados e independientes que el CIT organiza hasta 1972, una prueba que tenía hasta su propio slogam, tal y como recoge Emilio Prada en un documentado trabajo titulado “El Deporte en Cangas de Onís”. El lema de la la subida a Enol era: “ Dentro de un maravilloso marco, la más dura prueba española del ciclismo de montaña”.

En 1972, el recién nacido Club Ciclista Enol toma el relevo del CIT y continúa con la celebración de esta carrera hasta 1979 en unos años, los setenta del pasado siglo, en los que la Subida Ciclista a Enol entra en el circuito profesional además de acoger el campeonato de España. Entre los ganadores de aquellos años, algunos nombres ilustres del ciclismo español como Andrés Oliva, Pesarrodona, Jesús Manzaneque o Alberto Fernández. Los años 70 también fueron los de la primera etapa de la Vuelta Ciclista a España con final en Cangas de Onís, disputada en 1974 con la meta colocada frente al Llagar de Juan y que ganó al sprint el portugués del equipo BIC Joaquim Agostimho. Dos años después, regresa de nuevo la Vuelta Ciclista a España a la capital canguesa y el ganador de la etapa fue el asturiano del Kas Vicente López Carril. En 1978, otro asturiano del mismo equipo, José Enrique Cima, gana la etapa de la Vuelta a España cuya meta se instaló en la Carretera Cañu. Estos son los prolegómenos de la llegada de la Ronda española a Los Lagos en 1983 y de la que este año se cumplieron cuatro décadas. Curiosamente este 2023, y en su primera edición, la Vuelta Ciclista a España femenina también quiso incluir en su recorrido una etapa que acabara en Los Lagos de Covadonga. Fue la última de las siete etapas de esta Vuelta femenina, con salida en Posada de Siero y se disputó el domingo 7 de mayo. La ganadora de la etapa fue la corredora holandesa del equipo SD Worx Demi Vollering, una ciclista que como hiciera Marino Lejarreta, inauguró el palmarés, en esta caso del ciclismo femenino, de ese grandísimo puerto que son Los Lagos de Covadonga.



Enlace al resumen de TVE de la etapa 13 de la Vuelta Ciclista a España de 1983 entre Aguilar de Campoo ( Palencia) y Los Lagos de Covadonga.

https://www.youtube.com/watch?v=QUEIin85-TM