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jueves, 26 de diciembre de 2013

Cangueses con oficio

Jose Remis Merino, escultor de lo dulce

Su fabada y su plato de huevos con chorizu, ambos elaborados con mazapán, vuelven a sorprender en cuando llegan las tradicionales fiestas navideñas

JAVIER G. CASO

Remis echa el "caldu" a les fabes. FOTO: CASO
Llega la Navidad, tiempo de dulces, mazapanes y turrones. También en Cangas, cómo no. En nuestra ciudad hay postres navideños de gran tradición, como los turrones MABAL, que llevan elaborando en la Confetería Merino desde hace casi cien años, desde que empezó a elaborarlos Dionisio Merino, el iniciador de una saga de maestros confiteros que luego continuaron su hijo Dioni, su nieto Miguel y, desde hace años, su bisnieto José Ignacio Remis Merino. Pero además del turrón, cuando llegan las Navidades, Jose vuelve a dedicarse a otras creaciones tan dulces como originales. Algunas son otra tradición familiar de largo recorrido, otras son más recientes. 

Hablamos, y así entramos en materia, de sus fabadas de mazapán y de su plato de huevos fritos con patates y chorizu, igualmente elaborado con este típico dulce navideño. Son dos postres que Jose hace a mano. Y ahí es donde apreciarse la clase y el buen hacer de este maestro confitero cangués; un verdadero escultor de lo dulce. Da gusto verlo moldear el mazapán para elaborar, una a una, sus fabes. Y otro tanto pasa con el chorizo, la morcilla y el llacón de este postre navideño con el que, año tras año, cuando llegan estas fechas, rinde homenaje al plato más popular de la Cocina asturiana. En su fabada todo es de mazapán, desde les fabes al compangu.  Hasta la cazuela. Cuando la elabora, a simple vista, da la sensación de que Jose está moldeando el barro del que están hechos estos cacharros de verdad.

"Huevos fritos con patates". FOTO: J. CASO

Fabada de mazapán. FOTO: J. CASO
Pero si uno flipa con la fabada de mazapán, con los huevos ya ni les cuento. Parecen de verdad. Es que como si todos los ingredientes de este plato tan asturiano, acabaran de ser sacados de la sartén. De hecho hasta chorrean del chorizo unos hilillos de gelatina de manzana que simula a la perfección la grasa que suelta el embutido.

Cuenta Jose que hará treinta años que los elabora. Fue, cómo no, durante unas Navidades en las que quiso decorar el escaparate de la Confitería Merino con este plato, cuando el negocio familiar estaba ubicado en la Avenida de Covadonga, justo al lado de Banco Herrero. Con aquellos huevos con chorizo y patates de mazapán se armó un buen jaleo. Levantaron gran expectación, los clientes entraban y preguntaban por ellos. Todos querían llevárselos a casa para disfrutar de ellos como postre navideño. Y...claro. Ante tanta insistencia Fina, la abuela de Jose, quien durante tantos años vendía los pasteles y atendía el negocio junto a su hermana Carmina, como buena comerciante; lo que hizo fue vender aquel plato. Para disgusto de aquel entonces joven confitero que hoy, convertido en todo un maestro, recuerda aquella anécdota entre risas. Eran los inicios de uno de los postres navideños más originales que yo conozca. Y están hechos aquí. En Cangas de Onís. Sin ir más lejos.


 

lunes, 2 de diciembre de 2013

Curiosidades canguesas

Villa María, una casa de cómic

Fachada principal dibujada por Vance.

Villa María. FOTO: JAVIER G. CASO









Villa María. FOTO: JAVIER G. CASO
Vista de la fachada lateral, dibujada por Vance














 El chalet cangués ilustra uno de los álbumes de la serie "XIII"

   

Una visita a la biblioteca puede deparar reencuentros de lo más agradable. Así sucedió hace unos días cuando, echando un vistazo en la sección  de cómics, volví a toparme con el chalet Villa María dibujado entre las páginas de uno de los álbumes de la serie XIIIY recordé que hace unos años, cuando salió al mercado El último asalto, que así se titulaba el cómic, ya escribí un reportaje sobre el tema en las páginas de La Voz de Asturias. Para aquellos que en su día no pudieron leerlo, vuelvo a reproducirlo bajo estas líneas por si fuera de interés para los lectores de EL AUSEVA DIGITAL. Y es que no todos los días puede verse uno de los edificios cangueses más populares en una historieta de cómic.


La Voz de Asturias, 12/09/2008


Una casa de cuento

 


REPORTAJE.El chalet Villa María aparece dibujado en el último álbum de ´XIII´, que es todo un best-seller del cómic europeo
   
El chalet Villa María, ubicado en Cangas de Onís y levantado en 1922 a instancias del indiano local, Constante González, es realmente una casa digna de aparecer en un libro de cuentos. O al menos de cómic. 

Y es que la casa de Don Constante, como la conocen los cangueses, obra del arquitecto Miguel ángel García Lomas, y uno de los ejemplos más notables de la arquitectura indiana del concejo cangués, aparece en El último asalto , el álbum número 19 y último de la serie XIII , una de las sagas del cómic europeo más aclamadas y populares de los últimos años; todo un best-seller traducido a 15 idiomas y del que se han vendido más de 16 millones de ejemplares.

 Creada por el guionista Jean Van Hamme, el dibujante de esta serie es el belga William Vance, quien reside en Santander desde 1979. Con sumo detalle, una de las características del estilo de Vance, quien gusta de recurrir a la fotografía para documentarse, dos de las fachadas de Villa María y varios detalles concretos de su arquitectura aparecen en unas ocho viñetas.

 En la historieta la versión en cómic del chalet cangués se ubica en México. La casa, rodeada de guardias armados acoge una reunión entre algunos de los personajes más oscuros de XIII , para algunos críticos especializados el "mejor thriller político de la historia del cómic". 

En la primera viñeta, un coche deja atrás la verja que rodea a una gran mansión. Vance situó el acceso por la parte de la casona que en realidad da vista al paseo del río Güeña. Más adelante y esta escena sí coincide con la realidad, el coche se detiene frente al pórtico de la fachada principal, sujetado por cuatro columnas y que preside una escalinata de piedra. Fue el realismo del dibujo, lo que permitió que un vecino de Cangas, fanático del cómic, se quedase estupefacto al toparse con Villa María entre las páginas de El último asalto .
No es extraño si tenemos en cuenta que por delante de la casa, situada frente por frente de la Capilla de Santa Cruz, han transitado desde hace décadas camino de la escuela y del instituto varias generaciones de cangueses, muchos de los cuales la reconocieron de inmediato en cuanto la vieron en el cómic. En las viñetas se ven con todo detalle los árboles ubicados a ambos lados de la fachada principal, así como las dos palmeras de pequeño tamaño que se levantan ante Villa María por la parte que da a la Avenida de Contranquil.





sábado, 23 de noviembre de 2013

I edición del Sifón de Oro

Luis Salcines. FOTO: J. CASO
Pepe Comas, recibiendo el premio Salvador de Madariaga

 

Pepe Comas y Luis Salcines, galardonados con el Sifón de Oro


  La Sifonería y A la sombra de un sifón reconocen a los dos premiados " sus trayectorias personales" y su "gran amor sobradamente demostrado" a Cangas de Onís


 

 

Por Javier G. Caso

Los siempre inquietos en materia cultural Celso y Marga acaban de hacer pública la concesión de los premios Sifón de Oro que conceden sus negocios La Sifonería y A la sombra de un sifón. De manera excepcional, como ellos mismos han explicado, habrá no uno, sino dos Sifones de Oro en esta primera edición. Los galardonados son el fallecido periodista cangués José Comas Vega, Pepe Comas, y Luis Albert Salcines. A ambos se les reconoce por "sus trayectorias personales y el gran amor sobradamente demostrado a Cangas de Onís". Enhorabuena por ambos reconocimientos.

Poco puedo decir de Pepe Comas, nacido en La Vega de los Caseros en 1944. Aunque los dos somos de Cangas de Onís, y periodistas, nunca tuvimos ocasión de conocernos y tratarnos. No obstante sí seguí su trayectoria como periodista del diario El País, periódico en el que ejerció como corresponsal en países como Argentina, México o Alemania, además de enviado especial a otros países europeos y latinoamericanos. En su trayectoria destaca su entrada en la Polonia del general Jaruzelsky en 1982 haciéndose pasar por un transportista de naranjas en compañía de otro periodista. El sifón de oro de Pepe Comas lo es a título póstumo. Un cáncer diagnosticado en 2004 acabó con su vida en Berlín el 22 de marzo de 2008. Un año antes el cangués era galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de Periodismo, que otorga la Asociacion de Periodistas Europeos, momento que recoge una de las fotografías superiores. De su larga enfermedad ha quedado como obra póstuma, Crónicas del Linfoma, con las que ejerció de periodista hasta el final de sus días para informar de su propia enfermedad. De ahí que este libro muestre a las claras la pasión de Comas por el oficio del periodismo. Sus cenizas fueron arrojadas por su familia a las aguas del río Sella desde lo más alto del Puentón cangues como el propio Pepe Comas les había indicado y dejó escrito en una de las crónicas de ese libro. Aquel acto, tan sencillo como emotivo, y en el que sonó a la gaita el Asturias, Patria Querida, interpretado por Ángel Lueje, tuvo lugar el el 29 de marzo de 2008.

El segundo Sifón de Oro es para Luis Alberto Salcines, a quien Celsín define como "un cangués de Cantabria". Nacido en Santander en 1952 si Wikipedia no me engaña, todos los los que fuimos sus alumnos los conocemos por Luis. Así fue desde el primer día en el que nos lo encontramos en alguna de las clases del Instituto Rey Pelayo. ¡Qué decir de Luis! Por muy exagerado que suene, ha sido de esos profesores que marcan para bien a sus alumnos y al que sus pupilos no olvidaran en su vida. Tuve la suerte de toparme con él en primer año en el instituto cangués, en el mismo curso en el que, precisamente, Luis se incorporó a su claustro de profesores. Era pues un recién llegado. Y aquel profe nuevo no pasó desapercibido ni mucho menos. Su larguísima barba valleinclanesca, sus gafas metálicas similares a las de John Lennon, su jersey de lana verde y su pantalón negro, creo que de pana, llamaron la atención en aquel Cangas de primeros de los ochenta. En aquel primero de BUP nos dio Matemáticas. Pero para uno a quien los números nunca se le dieron del todo bien, la verdad es que lo mejor eran aquellos minutos en los que Luis aparcaba la lección que nos estuviera dando y de las ecuaciones pasaba a la Literatura. Aquel profe nos leía poemas o nos hacía alguna recomendación literaria. Así fue como, al menos yo, supe de poetas como Gabriel Celaya, José Hierro o Ángel González. A pesar de aquellos momentos impagables, nunca conseguí convertirme en lector de poesía, pero eso no impedirá que siempre agradezca a Luis aquellos pausas literarias tan enriquecedoras que, sorprendentemente, tenían lugar en mitad de una clase de Matemáticas. De aquellos años en el instituto, a los de mi promoción, como a muchos otros de los que fueron sus alumnos, nos ha quedado una relación entrañable con Luis. En nuestro caso marcada por una cena anual instituida hace ya 30 años al acabar COU y que desde entonces no se ha dejado de celebrar ningún año al llegar las Navidades. En parte gracias a Luis. Algunos no pudimos asistir a todas las cenas, pero Luis Salcines no ha dejado de hacerlo. Año tras año. Y eso da buena muestra de su forma de ser y de su compromiso con aquellos que fuimos sus alumnos, de los primeros a los que dio clase al llegar a Cangas de Onís.

Está claro que este Sifón de Oro es una forma de agradecerle a Luis Salcines su amor y cariño por Cangas de Onís, un sentimiento que se percibe en textos como Cangas de Onís, a la sombra de Covadonga y el Puente Romano, su pregón para las Fiestas de San Antonio de 1992, impreso a posteriori como libro y que conservo como una reliquia en mi biblioteca. En Cangas de Onís Luis ha ejercido como colaborador cultural en multitud de ocasiones. Y de atleta. Hay que recordar que es de los pocos que han corrido todas y cada una de las ediciones de la Media Maratón Ruta de la Reconquista. En definitiva, Luis es, desde hace muchos años ya, un cangués más. Por derecho propio y porque ha querido serlo a pesar de no haber nacido aquí.


martes, 19 de noviembre de 2013

Cangas de Onís, pasado y presente II

 

"Vista". Foto Archivo Loty

 

Rincón de Cangas de Arriba. FOTO: JAVIER G. CASO

 Dos miradas

Un rincón de Cangas de Arriba visto en blanco y negro y en color

Siempre ha me gustado la fotografía. Y más allá de su valor artístico, lo que más me presta, es contemplar fotos antiguas. Y a la vez analizarlas y compararlas con otras actuales. De hecho si tengo ocasión, y se tercia, cuando llevo la cámara me gusta repetir encuadres de fotos antiguas, ya sean de postales o porque las haya visto en algún libro. Es una forma de estudiar un paisaje para ver su evolución, sobre todo cuando se trata de ambientes urbanos. Podemos asombrarnos de lo mucho que ha cambiado una calle, o de los edificios que ocupan el lugar de otros que ni siquiera llegamos a conocer. Hace unos días, en la última entrada de este blog, EL AUSEVA DIGITAL, comparaba dos fotos tomadas en la canguesa calle del Campón y a las que separaban nada menos que 85 años. Sin embargo pocas cosas parecen haber cambiado en ese rincón cangués a tenor de lo que mostraban ambas fotografías. Hoy repito ese mismo juego con sendas fotos, de nuevo, de otro rincón de Cangas de Onís. La más antigua también pertenece al Archivo Loty, que puede contemplarse en la página web del ministerio de Cultura (http://ipce.mcu.es/).  Su autor fue el portugués Antonio Passaporte. Es de 1928 más o menos. Se titula "Vista" y nos muestra un rinconín de Cangas de Arriba que ya, casi no existe. En la parte izquierda de la fotografía podemos ver una casa en la que destaca una escalinata de piedra con siete escalones. Y bajo la escalera la puerta de lo que debía ser una pequeña bodega. Más abajo un hórreo. A la derecha de la imagen se ve lo que parece un solar, por delante del muro de una huerta. Y de fondo el caserío del barrio del Mercado de Cangas. De la mano de cangueses de más edad y buenos conocedores de la geografía urbana de nuestra capital, pude localizar el lugar y hasta allí me fuí para tomar la otra foto que ilustra este artículo. La hice días atrás. Seguro que usted, amigo lector, ya ha reconocido el lugar. La casa de color salmón es la de Ito, el del Pelao y Presen. Viene a ocupar el solar de la foto en blanco y negro. Aparentemente todo ha cambiado. ¿ O no?. Si nos fijamos, podemos reconocer la escalinata de piedra, aunque como la modernidad ha llegado, se la ha dotado de pasamanos, adornado además con macetas y flores. La bodeguina de debajo, aunque desfigurada, también sigue ahí. Lo más cambiado es la entrada de la vivienda, a la que se ha dotado de un pequeño tejadillo. Del hórreo del fondo, qué lástima, ya no queda ni rastro. Su lugar lo ocupa el tejado de uralita de una nave. Al fondo, algunos tejados, aunque ya no lleguemos a ver el cortijo de Contranquil como podíamos hacer en la foto de Loty. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

LXXIII CONCURSO EXPOSICIÓN DE QUESOS DE LOS PICOS DE EUROPA

Más certamen del Pilar

Cangas de Onís tiene que potenciar aún más el concurso exposición de queso de los Picos de Europa, un evento que en 2015 cumplirá 75 años

Cartel del último Concurso Exposición de Quesos de los Picos de Europa
 Suele ser recomendable dejar que las cosas reposen antes de analizarlas, criticarlas o valorarlas. Lo mejor es dejar pasar un tiempo prudente a la hora de hablar de algo. Viene esto a cuenta del 73 Concurso Exposición de Quesos de los Picos de Europa, celebrado en Cangas de Onís el pasado 12 de octubre, Día del Pilar. Comencemos diciendo que el de este año fue un gran cartel anunciador, como puede comprobarse en  la imagen superior. Todas las fotos tienen su historia y la que ilustra el cartel nos cuenta que, hace décadas, el certamen quesero de Cangas de Onís se celebraba en el robledal de San Antoniu, algo que al menos, en mi caso, desconocía. Y como decían en aquel inolvidable programa televisivo de La Bola de Cristal, "nunca te acostarás sin saber una cosa más", por lo que gracias por aportarnos esa información.

Por lo demás hay cuestiones que, quizás, deberían retocarse en aras a mejorar, y reforzar aún más este certamen quesero. En primer lugar está cuestión de su ubicación. En sus 73 años de historia ha deambulado por distintos lugares de la capital canguesa, desde el campo de San Antoniu, a la plaza del mercado o la del ayuntamiento. Estos días de atrás he oído comentarios que apuntan que el Concurso Exposición de quesos de los Picos de Europa debería volver a celebrarse en la plaza, bajo los soportales donde todos los domingos tienen lugar el mercado cangués. Y tiene sentido. Además de que, como ya hemos dicho, ya se celebró allí nuestro certamen quesero, lo cierto es que se trata de un lugar ya asociado a la venta de quesos, como puede comprobar cualquiera que visite Cangas un domingo de mercado. Además tiene más encanto que cualquier carpa por muy grande y confortable que sea. No tendría porque haber ningún problema. El certamen del Pilar sólo coincidiría con el mercado cuando cayera en domingo. Y aunque es verdad que Cangas también improvisa un mercado cada 12 de octubre, no pasaría nada porque ese día, los soportales de la plaza fueran solo ocupados por los queseros participantes en el Concurso Exposición de Quesos de los Picos de Europa.
Otra cuestión a considerar es la conveniencia, o no, de que Cangas de Onís celebre una feria regional de quesos el fin de semana anterior al Pilar. Sinceramente, creo que habría que buscarle otra fecha. En primer lugar porque al celebrarse tan cerca, debilita al certamen quesero del 12 de octubre. Lo suyo sería que se celebrara siempre con posterioridad a este fecha. Por ejemplo, a lo largo de los meses de noviembre, diciembre. O enero si me apuras. Porque es verdad que los queseros están contentos con esta feria y además se trata de un evento que podría animar cualquier otro fin de semana en temporada baja, que siempre vendrá bien. Por otro lado, de toda la vida, el primer queso de Gamonéu del año que sale a la venta, siempre se ponía a la venta en Cangas de Onís el día del Pilar. De ahí que, para muchos cangueses y no cangueses, sea toda una tradición acudir ese día a comprar un buen pedazo de queso gamonéu. Y eso, que dice mucho del certamen cangués, es algo que no debería perderse. Además pocos eventos gastronómicos pueden presumir, como es el caso del Concurso Exposición de quesos de los Picos de Europa, de llevar nada más y nada menos que setenta y tres ediciones. Eso quiere decir que en 2015 se conmemorará su 75 aniversario. Así pues solo resta pedir más y mejor certamen de quesos del Pilar. Ese debería ser el camino y desde el Ayuntamiento de Cangas de Onís ya se trabaja en ello. Quedamos a la espera.
www.periodisticos.com

domingo, 3 de noviembre de 2013

Cangas de Onís, pasado y presente I

Cuando el tiempo se detiene

 Dos imágenes de la canguesa calle del Campón a las que se separan 85 años aunque apenas se vean cambios en el paisaje urbano

Foto Archivo Loty
Foto Javier G. Caso





Anda que no ha cambiado la geografía urbana de Cangas de Onís en los últimos años. Sin embargo hay rincones en los que el tiempo parece haberse detenido. Y como prueba bien valen las dos fotos que se pueden ver sobre estas líneas, dos instantáneas realizadas en el mismo sitio, en la canguesa calle del Campón, que va desde el entorno de la Plaza hasta desembocar en la Carreterona y que es paralela a la calle del Mercado. Pocas, muy pocas cosas han cambiado en este lugar a pesar de que son 85 los años que se separan a estas dos fotografías. La más antigua, como es fácil de suponer, es la de la izquierda, la que está en blanco y negro y es obra del fotógrafo portugués Antonio Passaporte. Se trata de una de las 7.000 placas de vidrio que conforman el Archivo Loty, adquirido en 2002 por el Ministerio de Cultura, en cuya web pueden contemplarse en la fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Se trata de un conjunto de fotos realizadas por Passaporte entre los años 1927 y 1936 en distintos lugares de España encargadas por la firma Colecciones Loty para comercializarlas como tarjetas postales. Y en Cangas de Onís, posiblemente hacia 1928, ya que a este mismo año pertenece las que realizó en Gijón, y podrían haber sido realizadas en un mismo viaje a Asturias, Passaporte hizo un buen montón de fotos. Entre ellas, la de arriba a la izquierda. Para muchos cangueses es un rincón que pasa bastante desapercibido, sin embargo a este fotógrafo debió llamarle la atención por algún motivo, no en vano la foto se titula "una de las calles más antiguas de la ciudad". No sé si sería para tanto, pero a la vista de algunos desaguisados urbanísticos ocurridos en Cangas de Onís hace algunos años, ya nos hubiera gustado que algunos de los edificios demolidos hace años, y que deberían haber seguido en pie, se hubieran conservado tan bien, como este conjunto de la calle del Campón. La foto de la derecha es de la semana pasada y apenas se perciben más novedades que el nuevo pavimento de adoquín y piedra colocado hace unos años, la verja de hierro que cierre el acceso a la parte posterior de la casa donde se ubica la tienda de Pili Blanco, las farolas o las cajas de los contadores de la luz, o los cambios en la fachada de la casa de la izquierda, donde se eliminó una puerta y el balcón central fue transformado en ventana. ¡Qué cosas!
 


martes, 22 de octubre de 2013

Los pueblos beyuscos

El último vecino de Biamón

Mariano Hortal es el único habitante de esta aldea de Los Beyos, en Ponga, a la que decidió regresar tras su jubilación

Vista general de la aldea de Biamón. FOTO: JAVIER G. CASO


De regreso a Biamón tras mucho tiempo. La última vez fue para publicar en las páginas de La Voz de Asturias un reportaje sobre Lolo Hortal, un vecino de ochenta años que pasaba allí los vecinos junto a su esposa y uno de sus cuatro hijos. Eran, aunque solo fuera por el verano, los únicos tres habitantes de esta aldea de Los Beyos, en Ponga. Hace unos días regresé. Y estuve con el único habitante de Biamón, Mariano Hortal, hijo de Lolo, para más señas. Tras toda una vida trabajando en Gijón, optó por regresar al lugar en el que nació hace sesenta años. Tomó la decisión hace año y medio y, salvo unos pocos días al mes que pasa en Gijón, el resto del tiempo está en Biamón. Solo. Pero no se aburre. Atiende un pequeño rebaño de cabras, cuida de un pequeño huerto o limpia los alrededores de su casa dónde aún quedan restos del argayu que en febrero de 2011 casi se lleva su casa y que causó importantes destrozos en el pueblo.
 Cuando llegue el invierno, la de Mariano Hortal será la única chimenea que humee en Biamón, el único indicio de que hay vida en esta aldea, cuyo caserío es una ruina total. Y qué decir de los hórreos. Mariano conoció cuatro, todos ellos con cubierta a dos aguas, de los conocidos como hórreos beyuscos. Ahora solo se mantiene en pie el horru de Moisés.
Por Biamón pasa la Senda del Carteru que parte de la carretera del Pontón. Y eso atrae a montañeros. Como los que el otru día le preguntaron a Mariano por un paisano que habían conocido hace años en el pueblu y que, según les contó, había hecho la mili con el famoso Bernabé, el fugau.
-Pues esi paisano era mi padre. Les contestó Mariano a los montañeros antes de que estos continuaran su camino. Iban para la collada de Nochendi.
Tras atender a los montañeros, seguimos de charla con Mariano que nos contó cómo era aquel Biamón que él conoció de críu. Con varias casas habitadas por familias numerosas de las de antes. Dónde algunos matrimonios criaron hasta...una quincena de hijos. ¡Qué tiempos! Ahora la única casa habitable y habitada es la de Mariano Hortal: el último vecino de Biamón. 

lunes, 21 de octubre de 2013

Curiosidades de Covadonga

La imagen más insólita del pozón

 La limpieza del estanque de la Santa Cueva y la retirada de las monedas que allí lanzan los peregrinos sorprenden a los turistas que días atrás visitaban el Real Sitio de Covadonga

 

El pozón de Covadonga, sin agua, días atrás. FOTO: JAVIER G. CASO








Un momento de los trabajos de limpieza. FOTO: JAVIER G. CASO
  Atónitos se quedaban días atrás los turistas y peregrinos que visitaban Covadonga con la imagen que puede verse sobre estas líneas, la de un pozón vacío, casi sin agua, y en el que cuatro operarios trabajaban con picos, palas, una manguera y un tamiz. Algunos se preguntarán, pero...¿qué hacían allía? Pues limpiar y drenar el pozón, retirar el barro y la arena allí acumulada y de paso retirar las monedas lanzadas por muchas de las personas que visitan el santuario a modo de ofrenda a la Santina. Tan insólita estampa no se contemplaba desde hacía seis años, lo que explica la sorpresa de los visitantes. Fue en 2007 cuando se realizó otra limpieza similar. Como entonces, ahora también se aprovechó el bajo caudal del río Las Mestas, que bajaba casi seco la semana pasada, para realizar este trabajo que, además, exige vaciar el pozón abriendo las compuertas existentes bajo la explanada y que contribuyen a retener al agua bajo la Cueva.

Si una cosa quedó clara es que a los turistas ver el pozón vacío no les gustaba; preferían verlo como en anteriores visitas, cubierto de ese agua verdosa bajo la que se ven brillar las monedas que ahora, para su sorpresa, se retiraban. Y de inmediato lanzaban una pregunta al aire. ¿Y ese dinero para dónde va? Por lo que explicaron los responsables del santuario se destina a obras sociales y a mejoras en Covadonga. Desde luego el primero de los destinos es el mejor posible y el segundo tampoco está mal si tenemos en cuenta las carencias, desperfectos y deterioros que padece el Real Sitio; unos problemas que han de solucionarse lo antes posible por el bien de un lugar que es todo un emblema para Asturias, amén de un recurso turístico de primer orden. Pero claro, hará falta mucho más dinero que el que estos días se ha recuperado del pozón. Y eso exige la implicación presupuestaria de todas las administraciones públicas. De todas.


jueves, 13 de junio de 2013

Los Beyos del Sella, la radiografía de un paisaje

Gerardo y Daniel López publican "Los Beyos del Sella. De la Foz de Covarcil al valle glaciar de Arcenorio"


La ermita de Arcenoriu, en la portada del libro.

JAVIER G. CASO

La publicación de un libro siempre es una buena noticia. Si además son sus propios autores los que se deciden a editarlo y ponerlo a disposición del público, entonces el mérito es doble. Ese es el caso de Los Beyos del Sella. De la Foz de Covarcil al valle glaciar de Arcenorio. Este libro, escrito a medias por los cangueses, padre e hijo, Gerardo y Daniel López, es fruto de muchos años de trabajo e investigación a pie de obra. O lo que es lo mismo, sobre este territorio de orografía vertical. El volumen cuenta con 224 páginas y su portada está presidida por una foto de la ermita de Arcenoriu. Ilustran el libro numerosas fotografías, muchas de ellas históricas. Algunas, además, nunca antes habían sido publicadas. Su tirada ha sido de un millar de ejemplares, lo que no está nada mal en estos tiempos de crisis, distribuidos en librerías de Cangas de Onís, Oviedo, Gijón, Nava, Infiesto y Arriondas, así como en varios negocios del concejo de Ponga.

El libro constituye una perfecta radiografía de un territorio que ocupa una superficie de 5.896 hectáreas, ubicado en una esquina del Parque Natural de Ponga y que según sus autores constituye un paisaje "muy quebrado que alcanza su máximo esplendor entorno a la Foz de Covarcil". En la primera parte de la publicación se abordan asuntos tales como el perímetro geográfico y la cuenca hidrográfica de los Beyos del Sella, antes de dar paso a un epígrafe dedicado a cuestiones etimológicas acerca de términos como beyu o abellugar.  En este apartado del libro sus autores se aferran al original y primigenio término de foz, en su día sustituido por el desfiladero.

Otro capítulo importante es el dedicado a los pueblos pastores que desde tiempos inmemoriales ocupan esa geografía vertical que son los Beyos del Sella. Aquellos pobladores, tal y como se explica en el libro, es instalaron en 16 aldeas, muchas de ellas deshabitadas hoy en día. Tal es el caso de Rubriellos, Tolivia, La Caviella o Biamón. Gerardo y Daniel López desmenuzan y explican cómo se desarrollaron las actividades agrícolas y ganaderas de los beyuscos, organizados entorno a tres espacios: la aldea y sus terrenos circundantes, conquistados a base de aterrazamientos; los pastizales intermedios colgados de la Foz de Covarcil, y los pastizales de verano, como los del valle de Arcenoriu. El libro nos habla de pueblos "colgados del desfiladero", como San Ignacio o Casielles y de otros más retirados, como Viboli o Viegu. En los primeros se practicaba un pastoreo exclusivo de cabras en majadas ubicadas en las verticales laderas del mismísimo desfiladero de los Beyos. En los pueblos más retirados también practicaban el pastoreo de cabras, pero a la vez tenían ovejas y vacas.

La arquitectura de los Beyos, sencilla y de volumetría muy reducida tiene su propio espacio en el libro. A la hora de describir el modelo de casa beyusca tradicional, se explica al lector que era pequeña, casi lilliputiense, de altura moderada y con corredor en su fachada principal. Las chozas y las cabañas también son descritas en  el libro.

El producto estrella de este territorio del Alto Sella, el queso de los Beyos, protagoniza otro de los apartados de esta monografía. Se trata de un producto en su día elaborado casi en exclusiva con leche de cabra, detallan Gerardo y Daniel López, quienes los describen como "esos quesos pequeños y de fácil trasiego, guardan relación estrecha con la escasez de suelo llano, el rebaño de cabras bermeyas, la autosuficiencia y la posibilidad de esquivar el invierno que otorgan los vertiginosos cambios de cota, tan acertadamente aprovechados por los pastores de pared".

Los Beyos del Sella.18 siglos de aislamiento. Así se titula el capítulo del libro que nos habla de un territorio que, según sus autores, permaneció aislado del mundo hasta finales del siglo XIX cuando se construyó la carretera del Pontón, precisamente a través del desfiladero del Sella. A su vez se habla de la Senda del Arcediano, el Camín de los Arrieros o la Senda del Beyu, todos anteriores a la carretera del Pontón, abierta de forma definitiva a finales de la década de 1880. Su trazado es muy anterior, de 1846. Y su proyecto había sido aprobado en 1852. De esa carretera fueron brotando a lo largo del siglo XX otras carreteras locales: en 1920 la de Viegu; la de Viboli fue una realidad en 1952 y en 1988 la que sube de El Cándanu hasta Casielles, tal y como nos explican los dos autores de Los Beyos del Sella. De la Foz de Covarcil al valle glaciar de Arcenorio. Y de las comunicaciones por el desfiladero a las cumbres. El libro describe a su vez los tres cordales que coronan la orografía de los Beyos: el cordal de Arcenoriu, el del Collau Zorru y el de Beza. A su vez se describen los puertos de Arcenoriu y Cazoli, así como el bosque de Peloñu. Interesantísimo es el capítulo dedicado a la intrahistoria de ese lugar mágico que es el caserío de Llue, habitado hasta los años 50 del siglo pasado. Completan el libro, a modo de invitación para recorrer los duros paisajes de los Beyos, las descripciones de una quincena de itinerarios de montaña, así como de tres travesías.




martes, 14 de mayo de 2013

El campanu de Kiko el de la Pina

El ribereño cangués dedicó el primer salmón de la temporada en Asturias a su fallecido amigo Dámaso Ortiz

Kiko el de la Pina posa con su campanu, con el Puentón al fondo. FOTO: JAVIER G. CASO

JAVIER G. CASO

Pescar el campanu de Asturias debe de ser la leche. Hacerlo en uno de tus pozos habituales, en el Sella y casi al lado del Puentón de Cangas de Onís, tu casa de toda la vida, ya ni me lo imagino. Me resulta imposible ponerme en el lugar de Federico Vega, Kiko el de la Pina, ribereño de pura cepa y que el pasado viernes 3 de mayo conseguía hacerse con la pieza más codiciada de los ríos salmoneros asturianos.

Los medios de comunicación, y las redes sociales otro tanto, ya recogieron de forma pormenorizada el éxito de Kiko el de la Pina. No es para menos. El suyo fue uno de los campanos más guapos que se recuerdan en los últimos años en la ribera del Sella: una hembra de 8 kilos y 850 gramos y 90 centímetros de longitud. Casi nada. A pesar de su larga trayectoria deportiva, Kiko nunca había tenido la suerte de coger ningún campanu. Y eso que, como él mismo reconoció, "llevo pescando 50 años y hasta hoy no lu agarré". 

En ese día tan especial, el cangués tuvo un detalle de los que dejan bien claro lo buen tipo y lo buen paisano que es. Dedicó el campanu de Asturias 2013 a su amigo Dámaso Ortiz, fallecido recientemente. Además consiguió que, por primera vez, tan deseada pieza se subastara en Cangas de Onís, bajo el mismísimo Puente Romano. ¡Y qué subasta! Entre los aplausos del público los pujadores se animaron y fueron necesarias 48 ofertas hasta que se remató la puja y el campanu fue a parar a manos de José Manuel Mori Cuesta, el Marqués, quien lo adquirió para sus restaurantes El Campanu de Cangas de Onís y Ribadesella. En definitiva, un día inolvidable. ¿Alquien da más?









lunes, 22 de abril de 2013

Jonathan Salas y Óscar Martínez dominan el descenso del Piloña

Jonathan Salas y Óscar Martínez dominan el Descenso del Piloña

Kiko Vega se impuso en la modalidad K-1

Salas y Martínez, a su paso por el Arrudu. FOTO: JAVIER G. CASO

Kiko Vega, en mitad del rabión: FOTO j. G. CASO

  JAVIER G. CASO
Los palistas del club Sirio-Los Cauces de Cangas de Onís, Jonathan Salas y Óscar Martínez del Cueto, se proclamaron este sábado campeones de la 34 edición del Descenso del Piloña, disputado entre el puente de Pialla de Infiesto y la localidad de Sevares, un recorrido de 11 kilómetros. La K-2 ganadora, que revalidó el triunfo obtenido en 2012, fue la gran dominadora de una prueba que Kiko Vega, de la Sociedad Cultural y Deportiva de Ribadesella, ganó en categoría individual. La carrera se disputó con un abundante caudal de agua, lo que permitió disfrutar de escenas espectaculares en sitios como el rabión del Arrudu. En la categoría K-2 completaron el podio Pedro Gutiérrez y Miguel Llorens, de la Cultural de Ribadesella, que entraron en segundo lugar. La tercera plaza la ocuparon los piloñeses Vicente Llerandi y Guillermo Alonso, del Club Neptuno-Toni, de Infiesto. Por su parte Jesús Rodríguez y Guillermo Fidalgo Organizado por Club Neptuno, y con la colaboración de la asociación de comerciantes COSERVI, la Federación de Piragüismo del Principado de Asturias y el consistorio piloñés, la XXXIV edición del Descenso del Piloña estuvo marcada sin duda por la recuperación del tradicional desfile folclórico previo a la salida de la prueba, en la que tomaron parte más de un centenar de personas, así como el multitudinario reparto del bollu una vez finalizada la carrera.

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martes, 16 de abril de 2013

No a la réplica de Cueva Oscura

Exposición de piezas de queso gamonéu durante un certamen celebrado en Benia de Onís. FOTO: JAVIER G. CASO

No a la réplica de Cueva Oscura

La promoción del queso de gamonéu pasa por otras iniciativas

JAVIER G. CASO

Sí a la réplica de Cueva Oscura. Así titulaba el pasado viernes 12 de abril el diario La Nueva España una información de Alba Sánchez R. En la noticia se daba cuenta de una reciente visita de los miembros de la Cofradía de Amigos del Queso Gamonéu a esta gruta de maduración habilitada por el Principado de Asturias hace unos años y que utilizan los elaboradores de esta joya gastronómica. Según esa misma noticia recrear Cueva Oscura serviría como "reclamo turístico" y, a la vez, permitiría preservar el lugar de las "aglomeraciones" tal y como defienden los elaboradores de la Denominación de Origen gamonéu.
  Hasta ahí la propuesta. Y a continuación los interrogantes que, a mi juicio, la rodean. ¿Para qué una réplica? ¿No sería mejor organizar visitas guiadas y controladas, y siempre en grupos reducidos, a la cueva original? En mi opinión; salvo que la legislación en materia alimentaria o higiénico sanitaria lo prohiba. Habilitar réplicas de cuevas con pinturas rupestres tiene su lógica, sobre todo cuando no es posible visitarlas como sucede en Covaciella, o como medida dirigida a garantizar la conservación del arte rupestre. Pero este no es el caso y nada justifica que se plantee la construcción de una réplica de Cueva Oscura. Además convendría recordar que en Arenas de Cabrales hace años que funciona la Cueva Museo del queso de Cabrales, por lo que no tendría mucho sentido habilitar un equipamiento similar a escasos 15 kilómetros. Sería más de lo mismo. Y sin salir de Onís, muy cerca de Demués, existe un aula de interpretación del queso de gamonéu y museo de los pastores de los Picos de Europa. O sea, que de equipamientos vamos bien.
 Seamos originales y auténticos. Vendamos a los turistas visitas de verdad. Primero a las queserías, a los lugares donde se elabora el queso de gamonéu, tanto del puertu, como del valle, siempre desde luego contando con los queseros, que serían quienes ejercerían como guías. Y a continuación llegaría la visita a Cueva Oscura, o a cualquier otra cueva de maduración que los elaboradores utilicen y que quieran enseñar. Hace apenas dos días, y también en La Nueva España, se informaba a sus lectores que el Principado de Asturias acoge "más de 70 museos, aulas y centros de interpretación en situación de abandono e infrautilización". La noticia se titulaba "el despilfarro hecho ladrillo". No caigamos en los mismos errores, algunos de ellos repartidos por nuestra comarca del Oriente asturiano. Y dejémonos de sucedáneos. La promoción del gamonéu pasa por otras iniciativas.

 
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sábado, 13 de abril de 2013

El lago del Bricial, la belleza de la efímero

Vista del lago del Bricial y de la cascada de la Meona, que aporta las aguas que bajan por el Resecu. FOTO: JAVIER G. CASO


El Bricial, la belleza de lo efímero

Las abundantes lluvías caídas permiten disfrutar del tercero de los Lagos de Covadonga

JAVIER G. CASO
Los Lagos de Covadonga son, por derecho propio, uno de los motores turísticos de Asturias, uno de los lugares más visitados de la región y auténtico estandarte del Parque Nacional de los Picos de Europa. El entorno del Enol y del Ercina recibió en 2011 640.317 visitantes. Casi nada. Muy cerca de ellos, y sólo en determinadas épocas del año, aparece el tercero de Los Lagos de Covadonga, el Bricial, una masa de agua tan bella como efímera, porque sólo es posible contemplarla en época de deshielo o tras unas abundantes lluvias como las que hemos padecido en los últimos meses. De esta forma la Vega del Bricial se torna lago y queda sumergida bajo las aguas que bajan de la zona del río Resecu. Como así sucede estos días. Según la Guía geológica del Parque Nacional de los Picos de Europa , editada por el Organismo Autónomo Parques Nacionales y coordinada por Elisa Villa Otero, las aguas que llegan al Bricial a través de la cascada dela Meona "se infiltran en el fondo de la cubeta pero, si el caudal supera la capacidad del sumidero, la vega se inunda, formándose en ellos una laguna de carácter efímero". Por su parte en el libro Lagos y lagunas de Asturias, escrito por Carmen Fernández Bernaldo de Quirós y Efrén García, y editado por la Caja de Ahorros de Asturias en 1987, se alude a una leyenda pastoril recogida en su día por el montañero José Ramón Lueje que "supone la existencia de un antiguo lago que ocupaba esta hondonada extensa, amplísima y perfectamente acabada". Además en esa misma publicación también se habla algo acerca del tiempo que puede durar este fenómeno y así mientras se recogen testimonios que afirman que el Bricial "suele retener las aguas hasta abril o mayo", otros también incluidos en esta monografía señalan que la retención de agua "no llega a una semana". Desde luego este año el fenómeno se ha mantenido durante bastante tiempo. Para disfrute de todos aquellos hemos tenido el placer de disfrutar con su contemplación. ¡Animense!.

miércoles, 10 de abril de 2013

Veintitrés vidas notables

Portada de la publicación editada por la AsociaciónCultural Abamia. En la imagen, Eduardo Llanos Álvarez de las Asturias, fotografiado por Benjamina Miyar. REPRODUCCIÓN JAVIER G. CASO

Veintitrés vidas notables

"Hombres y mujeres de Abamia" recoge las biografías de algunos de los personajes más ilustres de la parroquia canguesa

JAVIER G. CASO

Honrar y recordar a los que alguna vez, a lo largo de la historia, se ganaron el respeto de sus convecinos. De eso trata Hombres y mujeres de Abamia presentado recientemente en la Casa del Médico de Corao (Cangas de Onís). El libro es el último trabajo editorial de la Asociación Cultural Abamia y ha sido coordinado por Francisco José Pantín Fernández y María del Carmen Meneses Fernández-Baldor, autores a su vez junto a otras ocho personas, de algunas de las veintitrés biografías que se recogen en este volumen. Junto al esfuerzo de la asociación Abamia cabe subrayar el apoyo económico del Excelentísimo Ayuntamiento de Cangas de Onís. La publicación está dedicada a la memoria del que fuera Cronista Oficial del municipio cangués, Celso Diego Somoano, fallecido el 21 de marzo de 2012.
"Los hombres y mujeres biografiados en este libro han sido, más que nadie, los auténticos protagonistas de la Abamia que conocemos", afirma en su saluda el primer edil cangués, José Manuel González Castro. Por su parte la introducción corre a cargo de Francisco José Pantín, quien justifica la publicación de Hombres y mujeres de Abamia como una "tarea de gratitud, de respeto a la memoria de estas personas vinculadas a la parroquia de Santa Eulalia de Abamia, territorio pequeño en extensión, pero grande en protagonistas de la historia asturiana y española". A su vez Pantín atina cuando cuando afirma que Hombres y mujeres de Abamia "en absoluto es local ni localista". Y deja muy claro el por qué de esta afirmación cuando, en alusión a los biografiados, añade que "las ideas que estas personas abrazaron y defendieron son universales: los derechos y libertades del ciudadano, la intrínseca dignidad del hombre- independientemente de su posición social- y el acceso a la educación, fueron el eje central de la existencia de algunos. El gusto por el arte, la literatura y la cultura, caracterizaron la de otros. Casi todos emigraron, se abrieron a nuevos mundos y, en contacto con otros hombres, terminaron de forjar sus personalidades".
Abre la relación de personajes biografiados Don Pelayo. Y no por qué desde la asociación Abamia se reivindique que el primero de los reyes asturianos sea natural de esta parroquia canguesa, que el debate sobre los orígenes del monarca es todo un clásico. Nada de eso. La explicación es bastante más sencilla. Es la de un pueblo orgulloso de su historia. Por eso se insiste en la reivindicación de la iglesia de Santa Eulalia de Abamia como primer panteón del rey Pelayo y de su esposa Gaudiosa, en sintonía con una larga tradición que algunos parecen empeñados en olvidar, o incluso atacar, a pesar de que los últimos trabajos arqueológicos, tal y como se destaca en el libro, "han confirmado que la ocupación cristiana del lugar es cuando menos anterior al siglo X, estando verosimilmente relacionado con un templo de fundación altomedieval, situado posiblemente bajo la iglesia actual y pendiente de localizar".
Junto a Don Pelayo la lista de personajes incluidos en Hombres y mujeres de Abamia la completan Damián Cornejo, fraile, catedrático, obispo y escritor, Pedro de la Cruz Mayo, Gobernador de Lérida y Comandante General de Extremadura, Juan Bautista de Noriega Robredo, Sargento Mayor de la Plaza de México, Miguel González Villarmil, el párroco que engrandeció Abamia, Benito de Llanos Noriega, primer alcalde del Ayuntamiento Constitucional de Corao, Eulalia de Llanos Noriega, poetisa, Antonio Miyar, librero y patriota ilustrado, Roberto Frassinelli Burnitz, el alemán de Corao, uno de los protagonistas del engrandecimiento de Covadonga, Antonia Cortés Llanos , benefactora y poetisa, José Ramón Alonso Villarmil, escritor y pionero de la fotografía en Asturias, Sebastián de Soto Cortés, apasionado de los libros y de los caballos, Eduardo Llanos Álvarez de las Asturias, filántropo, mecenas y héroe nacional en Chile, Basilio Sobrecueva Miyar, fabricante de relojes, Elias José Con y Tres, militar y escritor, Ismael y Roberto Miyar Álvarez, relojeros, Ángel Sarmiento, labrador, sindicalista agrario, político y escritor, Benjamina Miyar, la única fotógrafa profesional en Asturias antes de la Guerra Civil, Félix Llanos, maestro y revolucionario, José Miguel Caso González, catedrático de Literatura y Maximino Blanco del Dago, arquitecto técnico, ceramista y apasionado de la cultura asturiana.  

En resumen, no cabe más que elogiar una vez más a la Asociación Cultural Abamia que, con este quinto título publicado, amplía aún más su labor en pro de la divulgación de la historia y la cultura de esta parroquia del concejo de Cangas de Onís para disfrute de todos los interesados en conocer nuestro pasado.

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