Una nueva aportación a la Historia de Cangas de Onís
La publicación de Cangueses en Granada permite acercarse a uno de los primeros movimientos migratorios protagonizados por naturales de este concejoJosé Manuel Trespando, posa con un ejemplar de su nuevo libro, editado por la asociación cultural Abamia y el consistorio cangués. FOTO: JAVIER G. CASO. |
JAVIER G. CASO
La emigración no ha sido, ni
mucho menos, un fenómeno ajeno al concejo de Cangas de Onís. Como muchos otros
asturianos, no fueron pocos los cangueses que en su día se vieron obligados a
emigrar en busca de una vida mejor lejos de su lugar de origen. Así fue a
finales del siglo XIX y principios del XX con rumbo a América, con México y
Cuba como destinos preferentes. Durante la pasada centuria, y a lo largo de las
décadas de los 60 y los 70, la emigración canguesa fue sobre todo europea. A
países como Alemania, Bélgica o Suiza.
Viene esta pequeña introducción a cuento de la
reciente presentación el pasado viernes de “Cangueses en Granada”, un trabajo
del que es autor José Manuel Trespando Corredera, editado por la asociación
cultural Abamia con la colaboración del Ayuntamiento de Cangas de Onís. Y es
que se trata de un estudio en el que se aborda el que pudo ser “uno de los
primeros movimientos migratorios” protagonizados por cangueses. Su
investigación comienza cuando durante la consulta de los libros parroquiales de
San Pedro de Con y San Martín de Grazanes relativos al siglo XVII, Trespando se topa con algo que le llama
la atención. Descubre que varias decenas de las defunciones anotadas en esos
libros corresponden a feligreses fallecidos nada menos que en Granada. Es el
caso ente otros de Domingo de Francisco (1666), Antonio de Con, Pedro Sobero de
Mestas y Pedro Talavero (1677), tal y como se recoge en una nota a pie de
página de “Cangueses en Granada”. Es así como José Manuel Trespando acaba por
llevar su trabajo investigador hasta la ciudad de la Alhambra donde rastreará
la pista de esos cangueses por varios archivos granadinos. Fruto de esa labor
será su contacto con la historia de la Hermandad de Nuestra Señora y San Roque,
fundada en la parroquia de Santa María Magdalena de Granada en 1502 y conocida
como la hermandad de los asturianos. Hacia 1566 la entidad original pasa a
denominarse la Hermandad de Nuestra Señora y Ánimas del Purgatorio, más
conocida como la hermandad de los ganapanes. Hasta que en 1702, y por una serie
de desavenencias, los asturianos deciden separarse y formar la Hermandad de
Nuestra Señora de Covadonga, una institución “mayoritariamente masculina y muy
democrática”, tal y como afirma José Manuel Trespando Corredera. Pues bien,
tras un concienzudo estudio de la documentación de esta hermandad, este
investigador presenta en su trabajo los nombres y apellidos de aquellos
asturianos que formaron parte de ella. En esa relación se suceden apellidos
como Con, Coviella, Corao, Fana, Suero, Tárano, Teleña, Trespando, Tejuca, Zardón,
Sobrecueva, Intriago, Gamoneo o Remis, lo que viene a dejar constancia
documental de esos emigrantes cangueses instalados al pie de la Alhambra desde
el siglo XVI. ¿Pudieron llegar antes? Es posible. En las primeras páginas de
“Cangueses en Granada” se da cuenta del protagonismo que tuvieron los
asturianos en la conquista de Granada. “A tenor de las fuentes documentales
existentes, una de las regiones que más peones aportó a este conflicto fue la
de Asturias”, escribe José Manuel Trespando. Tal y como precisó el otro día
durante la presentación del libro en la Casa de Cultura, de los 40.000 peones
que emplearon los Reyes Católicos para conquistar Granada, unos 6.000 eran del
Norte, es decir gallegos, asturianos o vascos. Del Principado de Asturias eran
unos 256, 5 de ellos de Cangas de Onís. ¿Fueron los primeros de esa
colectividad canguesa que luego se afincó en Granada? Todo indica que sí, con
lo que ello significa al poner en relación Covadonga y Cangas de Onís, los
lugares donde se inició la Reconquista, con la que fuera capital del Reino
nazarí de Granada, el último reducto musulmán de la Península Ibérica,
conquistado por los Reyes Católicos en 1492.