El libro "Cangas de Onís, señas de identidad" recoge una parte fundamental de sus trabajos históricos dedicados al municipio cangués
Portada del libro, con fotografía de la Cueva de Covadonga de Juan Martínez Dalmau. |
POR JAVIER G. CASO
Transcurridos tres años
desde el fallecimiento de Don Celso Diego Somoano ( Linares
(Ribadesella), 1922), acaba de ver la luz Cangas de Onís, señas
de identidad, publicación que recoge una parte considerable del
legado del que fuera Cronista Oficial del municipio cangués. No
queda más que felicitarse de esta novedad editorial y dar las
gracias tanto al Excelentísimo Ayuntamiento de Cangas de Onís por
su financiación, así como a sus dos coeditores: Carlos Tejo y Paco
Pantín por ampliar la bibliografía local con este volumen. Respecto
a su estructura, el libro recoge una amplia detallada y
documentadísima biografía de Don Celso, escrita por Carlos Tejo,
una aproximación a su obra, además de una escogida selección de
algunos de sus trabajos historiográficos, todos ellos dedicados a
Cangas de Onís. Bajo el epígrafe El legado de Don Celso Diego
Somoano el lector podrá disfrutar con la lectura de casi una
veintena de artículos, elegidos por Paco Pantín y dedicados cada
uno de ellos a un monumento, lugar o institución canguesa.
De izquierda a derecha el alcalde, José Manuel González,Carlos Tejo, Paco Pantín y Alfredo García. FOTO: J. CASO |
Todos ellos en su
conjunto resultan fundamentales para conocer la Historia de este
concejo. Hablamos de Covadonga, de Abamia, el Puente Romano, la
Capilla de Santa Cruz, San Pedro de Villanueva o la capilla y las
fiestas de San Antonio. En su conjunto esos trabajos históricos
permiten aglutinar las señas de identidad de Cangas de Onís. No
faltan en el libro el saluda del alcalde, José Manuel González
Castro, así como un artículo de su antecesor en el cargo, Alfredo
García, también profesor de Historia y compañero durante muchos de
Don Celso en el Instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís. Por último,
y en un apartado titulado Con pluma amiga, el escritor José
Ignacio Gracia Noriega, el Cronista Oficial de Parres Francisco José
Rozada, los periodistas Susana Peruyera, José María Carbajal y
quien escribe estas líneas, dedicamos unos líneas a desgranar algún
aspecto más de la tracyectoria vital y profesional de un historiador
como Don Celso Diego Somoano, quien además en su faceta docente,
primero como maestro y después como Catedrático de Historia, formó
a generaciones y generaciones de alumnos, tanto de Cangas de Onís
como de otros municipios que cursaron sus estudios de bachillerato en
el Rey Pelayo.
Un momento de la presentación del libro en un abarrotado salón de actos de la Casa Municipal de Cultura de Cangas de Onís. FOTO: J. CASO |
Ilustran el libro un
montón de fotografías. Buena parte de ellas son imágenes de la
vida de Don Celso y acompañan a su biografía, titulada La
vida corriente de un hombre extraordinario. El resto de las
fotografías, muchas de su propio archivo personal y otras inéditas,
obtenidas por los editores, enriquecen esa selección de artículos
suyos, que constituyen la piedra angular de una obra de 369 páginas
y de la que se han editado 800 ejemplares. No cabe duda de que Cangas
de Onís, señas de identidad. El legado de Don Celso Diego Somoano
es el mejor homenaje póstumo que se le podía tributar a quien
durante tantos años se afanó en el estudio de la historia local, la
de Cangas de Onís; un concejo al que llegó “en una tarde fría y
con nieve”, como él mismo dejó escrito. Aquellas circunstancias
no impidieron en absoluto que su relación con el municipio cangués,
que lo nombró Hijo Adoptivo, acabara siendo tan cálida como intensa
y definitiva.