La obra que el pintor y montañero madrileño dedicó a los Picos de Europa ya pueden contemplarse en Carreña de Cabrales en el museo que lleva su nombre
Vista exterior de la Casa Bárcena, sede del museo. FOTO: J. CASO |
El Naranjo de Bulnes, pintado por Enrique Herreros. REPRODUCCIÓN J. CASO |
Por Javier G. Caso
En esta
Asturias de la museitis el Museo Enrique Herreros en los Picos
de Europa, que acaba de abrir sus puertas en Cabrales, merece mucho
la pena. Nos da la oportunidad de acercarnos a la obra de uno de los
artistas que más pintó los Picos de Europa, un macizo montañoso
que, por su faceta montañera, Enrique Herreros conocía como la
palma de su mano. A la vez nos permite descubrir a un personaje
fallecido hace la friolera de 37 años en un accidente de automóvil
en Áliva cuando, precisamente, se disponía a iniciar una ruta de
montaña por el Macizo Central de los Picos de Europa. Sin embargo,
pese al tiempo transcurrido desde su fallecimiento, la inauguración
de su museo ha dejado patente la talla de un personaje como Enrique
Herreros, así como la importancia de su propia obra pictórica.
Ubicado en la Casa Bárcena de Carreña de Cabrales e inaugurado el
pasado 30 de marzo, estamos ante un equipamiento cultural en el que
podrá contemplarse toda la obra artística, unos 81 cuadros, que
Herreros dedicó a los Picos de Europa, así como una treintena de
dibujos que, bajo el epígrafe Amor a la montaña, aunan dos
de las facetas, las de humorista gráfico y montañero, de este
personaje polifacético. Porque Enrique Herreros, además de pintor,
fue también cartelista de cine, director cinematográfico,
publicista, escritor…Hasta el próximo mes de septiembre
permanecerán expuestas en Carreña, más o menos, la mitad de los
fondos del museo que lleva su nombre. La otra mitad podrá
contemplarse dentro de seis meses cuando se renueve la actual
exposición. De esta forma, y aunque la temática sea la misma, la
visita al museo será distinta porque permitirá disfrutar de obras
no expuestas hasta ese momento.
Cara Sur de la Peña Santa de Castilla. REPRODUCCIÓN J. CASO |
Muchos
de esos cuadros, hasta una quincena en total, tienen como
protagonista a una cumbre como la del Naranjo de Bulnes, una montaña
mítica con la que Herreros mantuvo una relación muy especial a lo
largo de su dilatada trayectoria como montañero y escalador. También
como artista. Hasta tal punto fue así que José Luis Garci afirma
que Enrique Herreros “descubrió, antes que nadie, las tonalidades
de esa Moby Dick irreal, violeta al amanecer, naranja al irse el sol
por el Este, como en los westerns”. La de Garci es una de las
firmas, junto a las de Rogelio Blanco, Diego Carcedo, Pedro Páramo,
Nati Mistral, César Pérez de Tudela, Gonzalo Suárez, Juan Antonio
y Maria Porto, Juan Manuel de Prada, Peridis o Javier Rioyo, que
aparecen en el catálogo editado por el Ayuntamiento de Cabrales y la
Fundación Enrique Herreros con motivo de la apertura del Museo
Enrique Herreros en los Picos de Europa.
Portada del catálogo del museo. FOTO: J. CASO |
No
faltan en la publicación textos del propio Herreros, algunos de
ellos, cómo no, dedicados al Naranjo de Bulnes. Algunos explican
bien a las claras el por qué de su particular idilio con esta
singular montaña. “No hay exageración, el Picu es la roca máxima
de nuestra accidentada orografía. La noche que pasé en su cumbre,
fue una noche fantasmal y única, donde la sombra y los claros de
luna se oponían en gigantescos contrastes de un desmesurado y
vigoroso Rembrandt. Noche donde el silencio tenía tal categoría y
magnitud que hasta una tormenta cuyas nubes coronaban la lejana Peña
Vieja, era sorda y solo ofrecía cegadoras luces. Yo me imaginaba
sobre un trono omnipresente y que todo estaba compuesto para mi
deleitoso asombro…”
Con
estas palabras, que dejó por escrito en un artículo titulado Las
llaves de la pared Sur del Naranjo de Bulnes, describió Enrique
Herreros (Madrid, 1903- Áliva, 1977) aquella noche mágica que pasó
junto a Félix Candela y Roberto Cuñat en lo más alto del Picu
Urriellu un 8 de agosto de 1933. Aquella no fue una noche al raso
cualquiera. Herreros y sus compañeros de cordada se convirtieron en
los primeros escaladores que hacían noche en esta cima del Macizo
Central de los Picos de Europa, algo que les permitió ingresar en la
historia alpinística del Naranjo de Bulnes.
Sotres nevado. REPRODUCCIÓN J. CASO |
Pero en
el museo habilitado en la Casa Bárcena de Carreña no solo será
posible acercarse a la pintura de Herreros. En la planta baja hay
toda una sala dedicada a la Cueva de Covaciella, descubierta de forma
casual en 1994 durante las obras de ampliación de la carretera
AS-114, a la altura de Las Estazadas y que supone uno de los últimos
y más importantes hallazgos del arte rupestre en la comarca del
Oriente asturiano. El equipamiento museístico incluye una réplica a
tamaño real del panel de la Covaciella donde destacan varios
bisontes, que desde el primer momento destacaron sobre todo por su
magnífico estado de conservación. El hecho de que se trate de una
cueva no abierta al público da aún más valor a esta réplica que
desde el 30 de marzo se puede visitar en Carreña y a la que
complementan varios paneles interactivos que permiten al visitante
observar con todo lujo de detalles las pinturas rupestres de
Covaciella.
Dibujo titulado "Y lo hacen por gusto". REPRODUCION J. CASO |
Con todo
lo importante que ha sido para Cabrales conseguir abrir al público
el Museo Enrique Herreros, ahora queda consolidarlo de cara al
futuro. El mismo día de su inauguración se hicieron propuestas para
que a lo largo del año se organicen distintas actividades que tengan
como protagonistas otras facetas de la vida de Herreros, tales como
las películas que dirigió o sus carteles de cine. Sin dejar de
apostar por ello, tampoco estaría de más que este museo, el primero
que se abre en un municipio del entorno del Parque Nacional de los
Picos de Europa, pueda llegar a convertirse en un equipamiento al que se puedan ir
incorporando obras de arte de otros artistas, tanto pintura, como
escultura o fotografía, siempre con los Picos como protagonistas. Si
las cosas se hacen bien este museo está llamado a convertirse en un
recurso turístico de primera tanto para Cabrales como para el resto
de la comarca oriental de Asturias.
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