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martes, 15 de abril de 2014

Enrique Herreros: el artista que contempló las estrellas desde lo más alto del Picu Urriellu

La obra que el pintor y montañero madrileño dedicó a los Picos de Europa ya pueden contemplarse en Carreña de Cabrales en el museo que lleva su nombre

Vista exterior de la Casa Bárcena, sede del museo. FOTO: J. CASO

El Naranjo de Bulnes, pintado por Enrique Herreros. REPRODUCCIÓN J. CASO


Por Javier G. Caso

En esta Asturias de la museitis el Museo Enrique Herreros en los Picos de Europa, que acaba de abrir sus puertas en Cabrales, merece mucho la pena. Nos da la oportunidad de acercarnos a la obra de uno de los artistas que más pintó los Picos de Europa, un macizo montañoso que, por su faceta montañera, Enrique Herreros conocía como la palma de su mano. A la vez nos permite descubrir a un personaje fallecido hace la friolera de 37 años en un accidente de automóvil en Áliva cuando, precisamente, se disponía a iniciar una ruta de montaña por el Macizo Central de los Picos de Europa. Sin embargo, pese al tiempo transcurrido desde su fallecimiento, la inauguración de su museo ha dejado patente la talla de un personaje como Enrique Herreros, así como la importancia de su propia obra pictórica.

 Ubicado en la Casa Bárcena de Carreña de Cabrales e inaugurado el pasado 30 de marzo, estamos ante un equipamiento cultural en el que podrá contemplarse toda la obra artística, unos 81 cuadros, que Herreros dedicó a los Picos de Europa, así como una treintena de dibujos que, bajo el epígrafe Amor a la montaña, aunan dos de las facetas, las de humorista gráfico y montañero, de este personaje polifacético. Porque Enrique Herreros, además de pintor, fue también cartelista de cine, director cinematográfico, publicista, escritor…Hasta el próximo mes de septiembre permanecerán expuestas en Carreña, más o menos, la mitad de los fondos del museo que lleva su nombre. La otra mitad podrá contemplarse dentro de seis meses cuando se renueve la actual exposición. De esta forma, y aunque la temática sea la misma, la visita al museo será distinta porque permitirá disfrutar de obras no expuestas hasta ese momento. 


Cara Sur de la Peña Santa de Castilla. REPRODUCCIÓN J. CASO

Muchos de esos cuadros, hasta una quincena en total, tienen como protagonista a una cumbre como la del Naranjo de Bulnes, una montaña mítica con la que Herreros mantuvo una relación muy especial a lo largo de su dilatada trayectoria como montañero y escalador. También como artista. Hasta tal punto fue así que José Luis Garci afirma que Enrique Herreros “descubrió, antes que nadie, las tonalidades de esa Moby Dick irreal, violeta al amanecer, naranja al irse el sol por el Este, como en los westerns”. La de Garci es una de las firmas, junto a las de Rogelio Blanco, Diego Carcedo, Pedro Páramo, Nati Mistral, César Pérez de Tudela, Gonzalo Suárez, Juan Antonio y Maria Porto, Juan Manuel de Prada, Peridis o Javier Rioyo, que aparecen en el catálogo editado por el Ayuntamiento de Cabrales y la Fundación Enrique Herreros con motivo de la apertura del Museo Enrique Herreros en los Picos de Europa. 


Portada del catálogo del museo. FOTO: J. CASO


No faltan en la publicación textos del propio Herreros, algunos de ellos, cómo no, dedicados al Naranjo de Bulnes. Algunos explican bien a las claras el por qué de su particular idilio con esta singular montaña. “No hay exageración, el Picu es la roca máxima de nuestra accidentada orografía. La noche que pasé en su cumbre, fue una noche fantasmal y única, donde la sombra y los claros de luna se oponían en gigantescos contrastes de un desmesurado y vigoroso Rembrandt. Noche donde el silencio tenía tal categoría y magnitud que hasta una tormenta cuyas nubes coronaban la lejana Peña Vieja, era sorda y solo ofrecía cegadoras luces. Yo me imaginaba sobre un trono omnipresente y que todo estaba compuesto para mi deleitoso asombro…” 

Con estas palabras, que dejó por escrito en un artículo titulado Las llaves de la pared Sur del Naranjo de Bulnes, describió Enrique Herreros (Madrid, 1903- Áliva, 1977) aquella noche mágica que pasó junto a Félix Candela y Roberto Cuñat en lo más alto del Picu Urriellu un 8 de agosto de 1933. Aquella no fue una noche al raso cualquiera. Herreros y sus compañeros de cordada se convirtieron en los primeros escaladores que hacían noche en esta cima del Macizo Central de los Picos de Europa, algo que les permitió ingresar en la historia alpinística del Naranjo de Bulnes. 
Sotres nevado. REPRODUCCIÓN J. CASO


Pero en el museo habilitado en la Casa Bárcena de Carreña no solo será posible acercarse a la pintura de Herreros. En la planta baja hay toda una sala dedicada a la Cueva de Covaciella, descubierta de forma casual en 1994 durante las obras de ampliación de la carretera AS-114, a la altura de Las Estazadas y que supone uno de los últimos y más importantes hallazgos del arte rupestre en la comarca del Oriente asturiano. El equipamiento museístico incluye una réplica a tamaño real del panel de la Covaciella donde destacan varios bisontes, que desde el primer momento destacaron sobre todo por su magnífico estado de conservación. El hecho de que se trate de una cueva no abierta al público da aún más valor a esta réplica que desde el 30 de marzo se puede visitar en Carreña y a la que complementan varios paneles interactivos que permiten al visitante observar con todo lujo de detalles las pinturas rupestres de Covaciella.

Dibujo titulado "Y lo hacen por gusto". REPRODUCION J. CASO


Con todo lo importante que ha sido para Cabrales conseguir abrir al público el Museo Enrique Herreros, ahora queda consolidarlo de cara al futuro. El mismo día de su inauguración se hicieron propuestas para que a lo largo del año se organicen distintas actividades que tengan como protagonistas otras facetas de la vida de Herreros, tales como las películas que dirigió o sus carteles de cine. Sin dejar de apostar por ello, tampoco estaría de más que este museo, el primero que se abre en un municipio del entorno del Parque Nacional de los Picos de Europa, pueda llegar a convertirse en un equipamiento al que se puedan ir incorporando obras de arte de otros artistas, tanto pintura, como escultura o fotografía, siempre con los Picos como protagonistas. Si las cosas se hacen bien este museo está llamado a convertirse en un recurso turístico de primera tanto para Cabrales como para el resto de la comarca oriental de Asturias.





 

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