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jueves, 9 de enero de 2014

Una nueva publicación sobre Cangas de Onís

"Cangas de Onís. Historia de una parroquia", una obra divulgativa, amena y solvente

 Juan Ramón Cofiño y Javier Remis aprovechan el cincuentenario de la nueva iglesia de Santa María para recorrer la historia de la parroquia canguesa

Portada de la publicación. FOTO: J. CASO
Capilla de Santa Cruz, primera sede parroquial. FOTO: J CASO

Iglesia de Cangas de Arriba. FOTO: J. CASO

 


















La iglesia nueva. FOTO: J. CASO


























Un libro es como un buen amigo: siempre es bienvenido. Y que alguien haya dedicado tiempo y esfuerzo en estudiar y escribir acerca del devenir histórico de nuestra parroquia de Santa María de Cangas de Onís es muy, pero que muy de agradecer.

Y ese trabajo es el que acaban de llevar a cabo Juan Ramón Cofiño y Javier Remis, autores de Cangas de Onís, historia de una parroquia, una publicación de 83 páginas, de la que se han editado medio millar de ejemplares de una edición realizada en la imprenta Mercantil Asturias de Gijón y en la que ha colaborado el Ayuntamiento de Cangas de Onís.

No se trata, no, de ninguna monografía histórica. Todo lo contrario. Se trata de un libro que, sí habla de historia, pero de forma rigurosa, solvente y amena. De forma cronológica, en esta publicación se va explicando la historia de la Parroquia de Santa María a través de una decena de capítulos. El primero, titulado orígenes del cristianismo en  Cangas de Onís nos remite, cómo no, a Covadonga. Ya en lo que se refiere a la parroquia sus orígenes, nos cuentan Cofiño y Remis, están en la capilla de Santa Cruz, primera iglesia parroquial cangués. Además subrayan que tras la invasión musulmana, allá por el año 711, la capilla de Santa Cruz, levantada por orden del rey Favila en el año 737, fue el primer templo cristiano edificado en lo que hoy es España.

A modo de anécdota nos recuerdan, y lo ilustran con una fotografía, que la capilla de Santa Cruz, hasta su reconstrucción tras la Guerra Civil, tenía una orientación contraria a la actual y era un edificio de mucho mayor tamaño. Pero además nos aportan información sobre el dolmen y otros detalles de la historia de este edificio, declarado monumento nacional en 1931. A la ermita de la Santa Cruz, la sigue como sede parroquial, desde 1350 nos detallan, la antigua iglesia de Cangas de Arriba. Hasta 1963, cuando fue sustituida por la iglesia actual, que el pasado año conmemoró sus bodas de oro.

Pero el libro del que son autores Juan Ramón Cofiño y Javier Remis no se limita a describir la historia de las sucesivas sedes parroquiales; también nos aporta datos e información acerca de algunas ermitas y capillas que en su día existieron en la capital canguesa, como las de Santa Ana o San Pelayo, y que no han llegado hasta nuestros días. La primera, se nos explica, estuvo adosada a la antigua iglesia parroquial por su lado Norte. La de San Pelayo, que merece un capítulo en el libro, tuvo su emplazamiento en la calle del mismo nombre. "Se hallaba emplazada frente a la antigua Fonda de Labra, más tarde conocida como El Borinquen y adosada a la parte trasera de la Casa del Puente, edificación privada donde posteriormente se levantó el edificio conocido como Las Tres Bes..." 
La Capilla de San Antonio, un edificio que sí sigue en pie y que es de los más queridos de los cangueses, merece por supuesto un capítulo propio en este libro. Asimismo hay otro dedicado al benefactor Federico Ortiz, precisamente la persona que financió la obra de la nueva ermita de San Antonio, levantada entre los años 1900 y 1903 y que costaron, como se nos apunta en el libro, la cantidad de 11.575 pesetas. Por aquel entonces, y con motivo de aquellas obras, también hubo que derribar alguno de los robles para poder ampliar la capilla, unos trabajos que llevó a cabo el contratista cangués Bonifacio Garro.

De un personaje tan poco conocido como Federico Ortiz, propietario del madrileño Bazar X y que había hecho fortuna en París tras no haberlo conseguido antes en tierras americanas, Cofiño y Remis nos explican cómo enviaba dinero de forma regular con destino "al Hospital de Cangas de Arriba, a la banda de música, o bien regalando ropa o creando premios para los alumnos más pobres de la escuela que tuvieran mejores cualidades". Y otro datos más. Los autores de Cangas de Onís, historia de una parroquia, nos subrayan que Ortiz también hizo aportaciones económicas para la construcción de la basílica de Covadonga, "en cuya nave central luce una gran lámpara que lleva inscrito su nombre".

El libro también incluye un capítulo en el que se hace mención de forma breve, pero con detalles de interés, a las capillas de la parroquia de Cangas de Onís ubicadas en pueblos como Tornín, Cañu, Següencu Torió, Narciandi, Cardes, Jelgueres, Llueves, el Collau L´Andrín o Santianes de Tornín; estos dos últimos del vecino concejo de Parres.

La publicación tampoco se olvida del visitante más ilustre en la historia de la parroquia canguesa: el fallecido Papa Juan Pablo II, quien en agosto de 1989 estuvo en Covadonga. Y en Los Lagos. Antes, en 1954, también visito el Santuario de la Santina el entonces cardenal de Venecia, Angelo Roncalli, quien cuatro años más tarde se convirtió en el Papa Juan XXIII. 

Ilustrado con fotos de buena calidad, tanto las actuales como las reproducciones de imágenes históricas, el libro incluye un texto de presentación, firmado por el actual párroco, Jose Manuel Fueyo, así como otro del que es autor Don Luis Álvarez, párroco titular de Cangas de Onís entre 1982 y 2013. También encontrarán entre sus páginas una relación de párrocos y encargados de la parroquia de Santa María de Cangas de Onís desde 1215 hasta la actualidad y una lista de referencias bibliográficas consultadas por los autores de este libro que se lee de un tirón y que bien merece una próxima presentación en sociedad a la altura del trabajo realizado por sus dos autores.

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