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miércoles, 17 de octubre de 2018

Villarmil y el Santuario de la Santina

Notas sobre la reciente publicación del libro "La Covadonga que transformó Sanz y Forés. Fotografías de José Ramón Alonso Villarmil en 1865"

El retrato de la Santina y varias fotos de Villarmil ocupan la portada del libro. FOTO: J. G. CASO
Por JAVIER G. CASO:

En el año del triple centenario Covadonga 2018, en septiembre veía la luz “La Covadonga que transformó Sanz y Forés. Fotografías de José Ramón Alonso Villarmil en 1865”. El libro, editado por el Ayuntamiento de Cangas de Onís es todo un viaje en el tiempo visual hasta aquella Covadonga de mediados del siglo XIX, entonces un santuario sumido en un evidente abandono.

Y nos asomamos al Real Sitio gracias a una decena de instantáneas del fotógrafo cangués José Ramón Alonso Villarmil que, más allá de su calidad, nos permiten percibir cómo era aquel lugar en el que, a los pies del monte Auseva, sobresalía el basamento del proyecto neoclásico del arquitecto Ventura Rodríguez que, afortunadamente, nunca llegó a ejecutarse, además de la Santa Cueva y la Colegiata de San Fernando, por aquel entonces el edificio de mayores dimensiones de Covadonga. El resto de edificaciones eran algunas que aún siguen en pie como las casas de los músicos o de los beneficiados o el mesón de Campomanes, junto a otros ya desaparecidos como las antiguas casas de los canónigos ubicadas en la parte alta más del santuario. Fue aquella Covadonga un tanto decrépita la que conoció el obispo Benito Sanz y Forés en su visita de 1872, un acontecimiento que marcó un antes y y un después en la historia del Real Sitio. Aquel obispo valenciano se empeñó, y lo logró, en engrandecer y transformar Covadonga. En la cueva se levantó el camarín de Frassinelli, que se mantuvo hasta pasada la Guerra Civil española y, también por iniciativa suya, comenzó la construcción de la basílica en el cerro del Cuetu, unas obras que, tras muchos años, no finalizaron hasta 1901, año de la inauguración del nuevo templo. La decena de fotos de Alonso Villarmil que ilustran este libro nos permiten pasear por aquella Covadonga que tuvo en el cangués al primer fotógrafo profesional que vendió fotos del Santuario y de la propia Santina. No queda más que dar las gracias al Ayuntamiento de Cangas de Onís por su publicación, que es fruto del trabajo desinteresado y entusiasta de Francisco Pantín, Javier Remis y de Jesús Prieto Aza, bisnieto de José Ramón Alonso Villarmil, quien en su día permitió a los miembros de la desaparecida Asociación Cultural Abamia acometer la digitalización del fondo fotográfico de su antepasado; unas fotos que ahora disfrutamos en este libro en el que junto al catalogo comentado de las instantáneas, se incluyen sendos artículos, tan amenos como documentados, sobre Covadonga y Villarmil escritos por Remis y Pantín.


sábado, 6 de octubre de 2018

Cangas de Onís luce a la acuarela

La capital canguesa acoge su  encuentro de acuarelistas con 107 participantes en una cita que alcanza rango internacional

Uno de los participantes, pintando esta mañana el Puente Romano. FOTO: JAVIER G. CASO


Por Javier G. Caso

Serán pocos los rincones de la capital canguesa que a lo largo de este fin de semana no vayan a aparecer en alguna de las muchas obras que hasta mañana pintarán los participantes en el III Encuentro de Acuarelistas de Cangas de Onís, que este año alcanza rango internacional y que organiza la siempre entusiasta Gemma García Villaverde.

Varios participante pintan a la altura del trampolín. FOTO: J. G. C.


La verdad es que daba gusto darse una vuelta esta mañana por la ciudad y contemplar tantos caballetes desplegados y a tantos artistas pintando. Hasta 107 acuarelistas, según datos de la organización; algunos llegados desde Argentina o Canadá como Atanur Dogan, fundador y presidente de la Sociedad Internacional de la Acuarela, quien además impartió una "master classs" en la Casa de Cultura canguesa, se han desplazado este fin de semana hasta Cangas de Onís. El grueso de los acuarelistas se concentraron en la mecedura de los ríos Güeña y Sella. Y entre lo más pintado, cómo no, el Puentón. Fue la de hoy una jornada de pintura de temática libre. Mañana habrá un concurso con un tema único bajo el título "barrrios de Cangas de Onís". En paralelo, además, habrá un mercado del arte. Será el broche de oro a un fin de semana en el que el arte inundó Cangas de Onís de la mano de la acuarela. 

Acuarelistas en la mecedura del Sella y el Güeña. FOTO: J. G. C.