La localidad parraguesa sigue con su curso de cestería tradicional en el que participan 16 alumnos, de los que la mitad son mujeres
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Sacramento García, Mentín, prepara leña mientras los palos están al fuego. FOTO: J. CASO |
Por Javier G. Caso
Aún no han comenzado a tejer sus propios cestos, pero los alumnos que asisten al taller de cestería tradicional que, desde el pasado 5 de julio, organiza todos los sábados la Asociacion Los Collacios de Avalle, ya empiezan a tomar contacto con los trabajos previos. Durante esta mañana los participantes, divididos en dos grupos se han dedicado a jender y a jorgar.
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Mentín se prepara para abrir un palu. FOTO: J. CASO |
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Los alumnos miran cómo se saca una baniella. FOTO: J. C |
Lo de jender o abrir los machicos o palos de avellanu de los que saldrán las tiras o banielles con las que se harán los cestos, llega tras haber puesto los palos al fuego para cocerlos y con mucho cuidado de que no lleguen a quemarlos. A partir de ahí llega el momento de abrirlo cuando aún están calientes. Rasera en mano, como mostró a sus alumnos Sacramento García, se dan unos cortes al palo por su parte superior antes de empezar a abrirlo en tiras. Dependiente del grosor del machico, un maconero curioso como Mentín puede sacar hasta catorce banielles. Y tras el maestro fueron los alumnos del curso los que se pusieron manos a la obra. Tanto ellos como éllas. Y es que la mitad de los asistentes son mujeres.
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Los alumnos, en plena tarea de jender, vigilados por Mento. FOTO: J. CASO |
Por otra parte los alumnos más avezados, los que el sábado pasado ya demostraron que saben jender, comenzaron a trabajar en el banco de jorgar dirigidos por Eladio Abaría, el otro profesor de este curso de cestería tradicional. Allí pudimos ver a Ramón, Daniel y a Francisco rascar y rascar les banielles de cara a ponerse montar sus propios cestos una vez que se doten de todo el material necesario.
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Eladio Abaría supervisa cómo sus alumnos jorgan les banielles. FOTO: J. CASO |
El curso puesto en marcha en Avalle aún se prolongará, sábado a sábado, hasta el próximo 25 de octubre. Y será en ese momento si los alumnos participantes han conseguido a aprender a hacer cestos según las enseñanzas de Mentín y de Eladio, los dos últimos cesteros de esta localidad parraguesa en la que, hace décadas, hasta una treintena de sus vecinos se dedicaron a esta actividad que fue un complemento económico fundamental para unas familias que la compaginaban con la ganadería y la agricultura.
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