Farolas, estética y ahorro energético

Farolas, estética y ahorro energético

Farola en la Avenida de Covadonga de Cangas de Onís. FOTO: JAVIER G. CASO

Farola en la calle Fernando Alonso de Oviedo. FOTO: JAVIER G. CASO

La misma farola ovetense, en plena noche. FOTO: JAVIER G. CASO

Mucho se ha hablado ya del deficiente alumbrado público que padece la capital canguesa desde que el Gobierno local decidió eliminar un montón de puntos de luz de las farolas de la Avenida de Covadonga. A estas alturas no se trata de polemizar acerca de una decisión que, según los responsables municipales, ha permitido al consistorio cangués reducir de forma muy importante la factura de la luz. Pero vayamos más allá. A las consecuencias estéticas de esa decisión. Que, visto lo visto, parece que las hay. Las farolas de la Avenida de Covadonga son hermanas de las instaladas en su día en Oviedo por Gabino de Lorenzo, quien no dejó rincón de la capital asturiana sin iluminar con estos puntos de luz de hierro fundido, denominados como isabelinos por su imagen decimonónica. En Oviedo también se optó por retirar puntos de luz. Pero los tres faroles siguen en su sitio aunque solo alumbre el del centro. Vamos que su imagen sigue siendo la misma que en los tiempos de bonanza. Por el contrario en Cangas se cortó por lo sano. Sólo alumbra el farol del centro. Y los dos laterales han sido retirados. Eso sí, los brazos que los sostenían siguen ahí, con lo que la imagen de las farolas de la Avenida de Covadonga es la de una serie de árboles mal podados. Y encima cuando llega la noche no se ve un pijo. Mal negocio. El ahorro energético no tenía porque estar reñido con la estética.