Dos grandes ovaciones marcan el concierto de abono número cinco en el Auditorio de Oviedo
JAVIER G. CASO/ OVIEDO
Si algo quedó claro ayer viernes en el Auditorio Príncipe de Asturias de Oviedo es que el público está con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA). Tanto su interpretación de Petrouchka, de Igor Stravinsky, como la de El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, merecieron dos largas ovaciones por parte del público que asistió al concierto de abono número cinco. Los aplausos obligaron al director de la OSPA, Rossen Milanov, a regresar al escenario tanto en el intermedio como al finalizar el concierto para saludar al respetable y agradecerle sus ovaciones. En esos dos momentos el director no dejó de señalar a los músicos de la OSPA con mayor protagonismo en un concierto en el que las secciones de viento y percusión dieron buena muestra de su valía. Acompañaron a la sinfónica asturiana las solistas Justine Verdier al piano y la cantaora Ginesa Ortega, quien intervino al inicio y al final de El sombrero de tres picos. Quienes no pudieron acudir al concierto, tendrán en su momento la oportunidad de disfrutarlo, ya que fue grabado en directo por el sello Classic Concert con la intención de editar un CD.
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