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domingo, 6 de marzo de 2022

EL Aguinaldo de la parroquia de Santa María de las Nieves de Cazu (Ponga)

 Media docena de mozos participaron en esta fiesta de larga tradición y que sus organizadores quieren renovar para mantenerla viva

Una vecina entrega el aguinaldo a los mozos en Cazu. FOTO: J. G. CASO


Por Javier G. Caso

 Las tradiciones están muy bien pero, o les insuflas aire fresco y las pones al día o, de lo contrario, están condenadas a morir. En eso están en la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves de Cazu, en Ponga. Su fiesta más popular, el aguinaldo, a la que están vinculados todos los pueblos que la integran, sobrevive a duras penas mientras sus organizadores buscan cómo mantenerla con vida y asegurar su futuro. De toda la vida los aguinaldos a caballo que se celebran en Ponga, el de Cazu; pero también los de San Juan de Beleño y el de Sobrefoz, estuvieron reservados a los mozos solteros. Otro tanto pasaba con el aguinaldo de Sebarga, que se celebraba el día de Navidad y que desapareció hace unos años tras una recuperación que, por desgracia, duró muy poco. Eran fiestas que testimoniaban el paso de la niñez a la mocedad por parte de los varones. A la vez, tenían un segundo propósito: emparejarlos con las mozas solteras de la parroquia.

     Como sucede en casi todas las parroquias rurales asturianas, en la de Cazu la población también ha ido a menos. Aunque todos ellos tienen raíces familiares y vínculos con este rincón pongueto, la mayoría de los mozos que corren el Aguinaldo viven fuera, ya sea en Oviedo, Gijón, Avilés, Cangas de Onís o Arriondas. Hace años, y para asegurar el futuro de la fiesta, ya abrieron la puerta a la participación de los casados y hubo alguno que se animó y todo. Este año, aunque vimos a varios que corrieron el aguinaldo mientras fueron solteros y que, pese a estar casados son aún jóvenes, lo cierto es que no se decidió ninguno. “Ahora estamos a otros menesteres”, comentaba uno de ellos, César Llera, con su hija de pocos años en brazos.

 En su interés por garantizar la supervivencia de este festejo tan arraigado, en este aguinaldo de 2022, ya iban a poder participar mozas, mujeres aguinalderas. La expectación era enorme ya que se anunció hasta en el cartel de la fiesta. Sin embargo, al final, ninguna fémina dio el paso de convertirse en amazona del aguinaldo. A ver, la cosa no es tan sencilla. No todo el mundo sabe montar a caballo y pasarse un día entero subido a lomos de uno no es moco de pavo. La posibilidad de sufrir algún percance también pudo influir a la hora de que ninguna mujer saliera a pedir el aguinaldo. A ver qué pasa en años venideros. Hay alguna que se lo está pensando como comentaba una en Sellañu. Ellas tampoco quieren que la fiesta se pierda y si, al final las necesitan, darán el paso.

    El aguinaldo de este año, celebrado el pasado domingo 27 de marzo, estuvo muy bien, por más que la comitiva de aguinalderos fuera más bien escasa; tan solo compuesta por media docena de ellos: Tomás, Jonathan, Pedro, Borja, Alejandro y Óscarín Fernández, el gaitero, uno más porque también va a caballo durante todo el recorrido. Las monturas volvieron a engalanarse con esos collares confeccionados a base de hojas de papel. Esa decoración sigue siendo hecha a mano por las mujeres de la parroquia: “A mi el caballo me lo decoró mi abuela Mari”, confesaba antes de la salida Jonathan García, uno de los aguinalderos, a quien este año le tocó ejercer de cajero. A la salida hubo voladores en Sellañu y el cantante de tonada llanisco Tino Rozada estrenó en la plaza de la Calzada el tema que compuso para ellos: “Vivan los aguinalderos”. Luego los mozos partieron al galope carretera arriba rumbo a Cazu. En esta localidad se acercaron hasta el barrio en el que viven Benito y Cesáreo Llera y allí recibieron el aguinaldo por parte de los vecinos mientras, mano a mano, Tino Rozada y Oscarín a la gaita, ponían música al festejo. En Cazu hubo otra parada en la plazoleta que hay delante de la torre, uno de los edificios más antiguos del concejo de Ponga y que algunos vinculan a los tiempos del rey Pelayo. Sin bajarse de sus caballos los mozos recibieron el aguinaldo, siempre en metálico, del resto de los vecinos del pueblo. Ahora el donativo se hace en dinero contante y sonante, pero hace décadas lo que solían recibir los aguinalderos eran huevos, chorizos y alguna que otra vianda.

      De Cazu partieron para Ambingue y Los Lladeros. A eso de las dos de la tarde, los aguinalderos bajaron a Sellañu y, al igual que todos los asistentes, fueron agasajados con empanadas, borona y frixuelos, un dulce típico de estos días de festejos carnavaleros. Una vez comidos, los jinetes del aguinaldo remataron la faena, ya por la tarde, visitando el resto de pueblos de la parroquia, Priesca y Triviertu, para finalizar el día, ya al oscurecer, de nuevo en Sellañu. El broche al festejo llegó este sábado 5 de marzo, en esta misma localidad, con una cena, una gran parrillada, organizada por los mozos. Invitaron tanto a las mozas, como siempre se hizo, así como al resto de vecinos de la parroquia, a quienes de esta forma les agradecen sus donativos. Invitar a la cena a toda la comunidad ya fue hace años una de las novedades introducidas en esta fiesta por parte de los mozos, empeñados en su supervivencia. Es verdad que ya no son grupos amplios, de 30 a 40 aguinalderos, como recordaban algunos que corrieron el aguinaldo en sus tiempos mozos. Pero sean más o menos, lo meritorio es que la llama del aguinaldo sigue viva en la parroquia de Cazu. Para que no se apague quieren que tanto las mujeres como los casados se unan a ellos. Es lo que toca si no quieren que esta fiesta tan arraigada y tradicional llegue a desaparecer. Y es que como dice el refrán: “Renovarse o morir”. No hay otra.





sábado, 22 de enero de 2022

La Santina itinerante de Arangas y la tradición de las capillas domiciliarias

Los vecinos de la localidad cabraliega recaudaron 3.000 euros para La Palma con la imagen que recorre las casas del pueblo


Capilla domiciliaria con la Santina de Arangas. FOTO: J. G. CASO


Por Javier G. Caso:


 El pasado 19 de diciembre visitamos la localidad cabraliega de Arangas para dar cuenta en TPA Noticias de su iniciativa solidaria con la isla de La Palma. Un grupo de vecinas recaudó 3.000 euros gracias a los donativos que se fueron dejando en el cepillo de su Santina ambulante.


    Desde hace más de 70 años, tal y como nos explicaron, una imagen de la Virgen de Covadonga recorre las casas de Arangas donde recala uno o más días según las peticiones que le quieran hacer en cada una de ellas. La de estas imágenes ambulantes, alojadas en el interior de una pequeña capillina de madera, es una tradición arraigada en muchos pueblos asturianos. Sin salir de Cabrales, y por testimonios de algunos vecinos, en Arenas eran tres las imágenes que compartían los vecinos pasando de domicilio en domicilio. Así me lo confirmó también su párroco, don Pedro Fernández, quien recordaba lo que él denomina como las visitas domiciliarias del Sagrado Corazón, la Sagrada Familia y la Santina a numerosas casas de Arenas. La costumbre, me contó don Pedro, se mantiene en Tielve y Poo, con sendas capillas itinerantes dedicadas, las dos, a la Milagrosa.

    A través de Internet supe que esto de las capillas domiciliarias es una tradición muy arraigada en España, que comenzó allá por el siglo XV y que guarda relación con la devoción a la Virgen profesada por las órdenes franciscanas y por las órdenes de caballería. La costumbre también se extendió a la América Hispana.

Al hilo de la Santina itinerante de Arangas, recordé que, siendo yo un críu, en Cangas de Onís, había una imagen del Niño Jesús de Praga que también iba por las casas. A mi madre le sonaba que también se movía una segunda capilla domiciliaria, la del Sagrado Corazón. Al Niño Jesús de Praga, que nos entregaba una vecina, creo que se trataba de Eloisa Herrero, lo teníamos unos días en casa y luego se lo entregábamos siempre a la misma persona. A Tere la frutera, la madre de José Luis, Maite y Chusín Cofiño, los de Luis el del Pelao. Fueron varias las ocasiones en las que me tocó ir a llevar la imagen desde mi casa hasta la frutería de Tere, que estaba en la calle del Mercado, donde ahora está la tienda de Pili Blanco. Era uno de esos encargos que me prestaba hacer, aunque aquella capillina de madera en la que iba el santo, pesaba lo suyo.

    Por Juan Ramón Cofiño, pude saber que en Cangas de Onís, y durante muchos años, además de las capillas del Niño Jesús de Praga y la del Sagrado Corazón, también visitaban un buen número de casas las imágenes de San Antoniu, la Virgen del Perpetuo Socorro y la Sagrada Familia. La imagen pasaba en cada casa un día completo, incluyendo la noche. Algunas de ellas, me contaron, dejaron de circular cuando en los años 60 del siglo pasado se inauguró la actual iglesia de Cangas de Onís que sustituyó a la antigua de Cangas de Arriba. El edifcio, sin uso religioso desde entonces, acoge desde hace años el Aula del Reino de Asturias. Algunas de aquellas imágenes quedaron por alguna casa y allí siguen desde entonces. Hace cuatro años volvió a ponerse en circulación otra capilla itinerante con un San Antonio en su interior. Visitaba hasta una veintena de domicilios, pero como consecuencia de la pandemia, el santo cangués no circula. Por Javier Remis, vecino de Mestas de Con, también supe que allí se mantiene la costumbre de las capillas itinerantes, con una dedicada a la Virgen del Carmen, a la que le tienen una gran devoción en esta localidad ya que existe una cofradía del Carmen que se remonta al siglo XVIII.

    En el caso de Arangas son 22 los domicilios por los que, siempre en el mismo orden, pasa la Santina. Da una vuelta y luego la imagen retorna, siempre en el mismo orden, hasta la casa de la que arranca el circuito. De la capilla original apenas se mantiene nada y, debido al mal estado que presentaba, hace años se restauró y renovó casi por completo. Como suele ser habitual en todas las capillas itinerantes, en la de Arangas, al abrir sus puertas, en una de ellas puede leerse una oración dedicada a la Santina. En la otra puede verse la relación de personas que acogen la imagen en sus casas. En verano, y como mucha gente de Arangas reside fuera, en sitios tan lejanos como Bélgica o México, todas esas personas, y sus casas, también participan de esa costumbre y también reciben a la Santina itinerante. En el caso de la campaña solidaria con los damnificados por la erupción del volcán Cumbre Vieja, y como se hizo en noviembre, como quienes no viven en Arangas no podían dejar su donativo en el cepillo de la imagen, lo que hicieron fue mandarlo por Bizum. La recaudación fue algo distinta a la habitual ya que en esta ocasión, y en contra de lo que suele ser habitual, la imagen estuvo durante una semana en el bar del pueblu, lo que contribuyó a recaudar más dinero que en cualquier otra colecta normal. De hecho fue así como recaudaron esos 3.000 euros que fueron enviados desde Cabrales hasta La Palma, cuyo cabildo agradeció por escrito el gesto solidario de la vecindad de Arangas.


https://www.rtpa.es/noticias-asturias:Arangas,-en-Cabrales,-reune-3.000-euros-para-los-damnificados-por-el-volcan-de-La-Palma_111639936615.html